Los motivos detrás de la decisión

Los motivos detrás de la decisión

La oficialización de que uno de cada tres argentinos es pobre, es decir 13 millones de personas en esa situación, hizo que la Iglesia hiciera un renovado llamado a la dirigencia a tomar medidas urgentes, a dialogar y a buscar consensos para dar respuestas a un problema estructural.

El reclamo eclesiástico fue coincidente con el pedido que Jorge Bergoglio le hizo a Néstor Kirchner en 2003, y que el pontífice insistió en repetir ayer en un videomensaje al pueblo argentino: “Hay que ponerse la patria al hombro”.

El escenario social complejo y los desencuentros entre sus compatriotas, sumado a compromisos internacionales, llevaron al Papa a explicar las razones, al menos visibles, de por qué no están dadas las condiciones para su postergado regreso al país.

Los argumentos sutiles que esbozó Francisco para excusarse de visitar Argentina en 2017, así como la oportunidad de difundirlos, llamaron la atención de propios y extraños. ¿Por qué ahora?, ¿Qué intención conlleva?, se preguntaron en ambientes eclesiásticos y políticos.

El mensaje papal al pueblo argentino obligó también a un análisis entre líneas, dado que casi ningún párrafo sobreexponía un cuestionamiento al actual gobierno. Apenas una línea se interpretó, no como una crítica, sino como el modelo ideal a seguir para incluir a todos. Fue cuando el Papa enumeró “los deberes para la casa” para los argentinos, entre ellos dar de comer al hambriento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo y visitar a presos y enfermos.

Un arzobispo cercano al Papa atribuyó la decisión a un contexto de país donde la “amistad social está derruida”, el diálogo es escaso y la “grieta” abierta en doce años de kirchnerismo no termina de cerrarse. También las demoras del gobierno por instrumentar políticas sociales “inclusivas” de los sectores más vulnerables.

Otras fuentes episcopales dijeron que era “lógico” que el Papa no viniera al país en un año electoral y también vincularon la decisión a los desencuentros que impiden, hace tiempo, la búsqueda de consensos en pos de políticas públicas para atender las necesidades más urgentes: pobreza, empleo, educación.

Interlocutores del Papa en Roma y Buenos Aires habían adelantado la semana pasada que no había una fecha probable y hasta estimaron que recién sería posible en 2018. Fecha que ahora, con el mensaje papal, parece más cierta.

Además, las precisiones de Bergoglio dieron más sustento a las declaraciones del embajador chileno ante la Santa Sede, Mariano Fernández Amunátegui, quien aseguró que el viaje a la Argentina, Chile y Uruguay "es una unidad".

En este contexto, los obispos valoraron que la administración macrista haya sincerado tanto las cifras de la pobreza como el número de despidos que se produjeron en los primeros meses del año, pero advirtieron que no basta con reconocer esas realidades, sino que hay afrontarlas y pasar a la acción.

“Necesitamos un amplio consenso social para enfrentar este desafío de todos. Es una oportunidad para que no hayan mesías ni proyectos mesiánicos”, aseguró monseñor Sergio Buenanueva, y agregó: “La realidad duele. Hay que verla de frente, si queremos superar este fracaso colectivo. Ni magia ni atajos”.

El obispo de San Francisco necesitó apenas dos frases en las redes sociales para resumir la opinión de la Iglesia y dar pautas del qué y el cómo se debe encarar una tarea que requerirá de acuerdos básicos y el compromiso de todos, pero sobre todo de quienes tienen más responsabilidades que otros.

En tanto, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, volvió a responsabilizar a empresarios y gobiernos de las últimas décadas por la pobreza y la “concentración de riqueza en pocas manos”, por lo que exhortó al oficialismo y a la oposición a trabajar juntos para “bajar sustantivamente los niveles de exclusión”.

“Es hora de realizar medidas para generar fuentes de trabajo y mejorar la vida en sociedad y hay que aplicar políticas públicas generales y bien focalizadas hacia los núcleos duros de la pobreza, porque no se puede salir de la pobreza con 2 .000 pesos por mes”, aseveró.

DyN

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