Armando Pérez. Es un empresario que se moviliza en sus aviones particulares, dueño de Tsu Cosméticos -una de las empresas de venta directa más grandes del país-, quien por algunos años fue propietario de radio Del Plata y dueño del teatro Regina, necesitó de la ayuda de los resultados para que el ambiente del fútbol reconociera que su gestión iba más allá de lo que sucedía dentro de un campo de juego.
“El dirigente no tiene que pensar como hincha, si no pierde de vista su propio club”, suele decir Pérez, que rescató a Belgrano con un grupo de amigos y empleados suyos (primero fue gerenciador a través de Córdoba Celeste), a los que luego ungió como dirigentes, en la primera elección de autoridades tras el levantamiento de la quiebra.
Austero, nunca claudicó ante el clamor de los hinchas que le piden incorporar nombres fulgurantes para instalarlos en la marquesina del club de barrio Alberdi. Su ambición es que la institución llegue a los 50 mil socios, algo impensado 10 años atrás.
En su conducción, el Pirata, que fue último en esa temporada, jugó la Promoción y ascendió en una serie histórica al derrotar a River en 2011; terminó tercero y cuarto en dos torneos de Primera y jugará por tercera vez la Sudamericana.
De 72 años, vivió en Córdoba hasta los 18 años. Emprendedor nato, logró que el club instalado en uno de los barrios con más historia de la ciudad tenga 200 empleados en blanco y al día, un predio deportivo de primer nivel en el que, por ejemplo, trabajó la Selección en su presentación ante Bolivia, por las eliminatorias rumbo al Mundial de Rusia 2018.
En plena expansión, el estadio ubicado en Arturo Orgaz y La Rioja tendrá una ampliación que lo llevará a albergar a 30 mil espectadores en su primera etapa de obra. “No gastar más de lo que ingresa”, su lema. Pedir ayuda está en su decálogo, tanto como que la financiación de las nuevas instalaciones serán compartidas en partes iguales con socios y simpatizantes que confían en su palabra.
Pablo Toviggino.
Una de las figuras que se presenta como el recambio generacional. Con 37 años, el joven dirigente que comandaba la Liga Santiagueña asumió, en enero pasado, la presidencia del Consejo Federal, después de la sucesión de nombres que pasaron por el cargo en un puñado de meses: Gustavo Ceresa, Roberto Fernández y Alfredo Dérito.
“El objetivo primordial es darle un orden de trabajo a la AFA, entendiendo que los errores que se cometieron fueron responsabilidad nuestra y hoy tenemos que sacar adelante al fútbol argentino”, declaró Toviggino. “Hay muchas cosas que requieren atención urgente. Tenemos a la Selección comprometida a los Juegos Olímpicos, también la Súper Liga que comienza en breve y luego hay Eliminatorias”, agregó.
Javier Medín.
Abogado, de 39 años, fue asesor letrado de Boca en la gestión de Mauricio Macri (1999-2007); reapareció entre 2011 y 2015 de la mano del actual presidente xeneize, Daniel Angelici, como miembro titular de la comisión fiscalizadora. Pero no es su único trabajo.
En la Argentina además trabaja como representante de Sevilla de España. Es especialista en Derecho Deportivo: trabaja en convenios de partidos amistosos y fondos de inversiones deportivas.
Carolina Cristinziano.
La cuarta integrante del G4 que trabajará en la AFA es asesora legal de representantes de futbolistas y clubes de fútbol. Trabajó también como socia del agente Gustavo Mascardi, quien trabajó mucho con River y Boca durante varios años. Operó específicamente en la repatriación de Palermo a Boca o D'Alessandro a San Lorenzo, entre otros nombres de jerarquía.
Su vínculo con el fútbol trasciende incluso al plano personal: es la esposa de Gonzalo Belloso, ex jugador de Rosario Central y actual director de Desarrollo en la Conmebol.