"Papá: Por favor, andá al Club Banfield y deciles que me guarden el puesto de arquero porque lo voy a defender como estoy defendiendo la patria". Ese fue el pedido que Daniel Marcelo Massad le hizo llegar a su padre, Said, en una de las cartas que le envió antes de caer en la batalla más cruenta de la guerra de Malvinas. Sus palabras reflejan la grandeza de otro joven héroe que trató de consolar a sus seres queridos con la ilusión del regreso a casa.
Aquel mensaje marcó a fuego a los Massad y su madre, Dalal, lo repite de memoria con la voz entrecortada y las lágrimas a flor de piel, cada vez que rememora los años de horror. Y hoy, a poco de cumplirse el 2 de abril un nuevo aniversario del inicio del conflicto bélico, sigue vigente el esfuerzo por transformar el dolor en legado.
"El tema de Malvinas no puede quedar en el olvido. Se tiene que seguir hablando como se habló de San Martín, de Belgrano. Los que cayeron y los veteranos son héroes y patriotas", subraya Dalal en diálogo con este diario.
Cuando la noche del 11 de junio de 1982 las tropas argentinas recibieron la orden de replegarse, durante el sangriento combate en Monte Longdon, Daniel decidió correr para avisarle a sus compañeros apostados en las líneas de avanzada. En el trayecto, fue alcanzado por una ráfaga de ametralladora que le quitó la vida. Esa misma noche, en Buenos Aires, Dalal participaba de la vigilia a la espera del Papa Juan Pablo II.
"Esa noche yo estuve en la Catedral Metropolitana porque decidí ir a rezar para esperar al Papa. Pasamos la noche ahí y a las 7 de la mañana, cuando nos avisan que llegaba el Papa yo corrí hasta el Cabildo, me trepé y cuando pasó tenía la foto de Dani y un rosario. Y cuando pasó el Papa yo justo estaba al lado de él y sentí que me dio la bendición", recordó.
Las noticias sobre lo que sucedió en Malvinas llegaron días más tarde, cuando comenzaron a regresar las tropas argentinas. "Lo acompañé toda la noche rezando y eso es lo que me hace sentir bien, pensar que estuve con él y no durmiendo", dice Dalal, conteniendo la angustia.
Como tantas otras familias de los soldados caídos en Malvinas, los Massad buscaron materializar la pérdida en acciones para transmitirle las historias de la guerra a las nuevas generaciones. "Todos los años vamos a la escuela en la que estudió Daniel para hablar con los chicos, porque ellos son los que van a seguir proyectando la causa", dice Dalal.
Incluso, a través de su rol como secretaria de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, Dalal participa de las gestiones en torno a Malvinas con las distintas administraciones gubernamentales. Hoy participará del acto principal que encabezará el presidente Mauricio Macri.
"Siempre estuvimos presentes defendiendo la causa. Lo que tenemos que hacer es eso, unirnos, por eso transitamos 36 años sin odio ni rencor. Amamos ese pedazo de suelo, que es nuestro", afirma.
Por esa convicción, los Massad también rechazaron inicialmente las gestiones de la Cruz Roja Internacional para identificar a los 237 soldados (de los 649 caídos argentinos caídos) que yacen en el cementerio de Darwin. "Nuestro gran temor era que trasladen luego los cuerpos al continente. Ese no era nuestro deseo. Ellos tienen que estar allá porque esa sangre que se derramó es el único emblema de soberanía que tenemos", explica Dalal.