Como ocurrió en la edición pasada de la Vuelta de Mendoza, el segundo día de competencia también se ofrece como un escenario para las sorpresas. En el recorrido más extenso de la carrera de ocho etapas, la clave para la definición estará en el juego de equipos.
Los falsos planos, que cobrarán protagonismo por la extensión del circuito, serán el primer rival a vencer para las 28 escuadras participantes. Con un leve pero sostenido desnivel, las marcas serán más cerradas porque se hara más complejo emprender el juego de la cacería.
Tras lo acontecido durante la jornada de ayer en el Valle de Uco, donde los escaladores aparecieron en escena y tomaron las riendas de la general, la segunda estación de la Vuelta de Mendoza verá como los peones batallarán para que el corte en la clasificación no sea más profundo y también para abrirles chances a los sprinters.
"Creo que la etapa de San Rafael y General Alvear puede ser determinante en el desarrollo de la Vuelta. Es un recorrido largo y un ritmo muy alto quebrará el pelotón", sostenía el sprinter sanrafaelino José Luis Rivera (Municipalidad de Godoy Cruz), imaginando el territorio de esta contienda.
Este capítulo será clave para el desarrollo global de la competencia, porque los descuidos serán muy difíciles de remontar y en esta etapa "Maratón" los más ágiles pueden lastimar en el llano. Así ocurrió el año pasado, cuando Juan Pablo Dotti (Continental SEP) se quedó con la victoria y su equipo copó el podio tras un embalaje masivo. Lo hecho por el actual dueño del dorsal N° 1 lo llevó a recortar la diferencia que sostenía su compañero Gonzalo Najar, quien vestía la malla líder.
El primer gran objetivo para consolidar una defensa será conquistar las metas volantes y restar las bonificaciones de tiempo. La posibilidades de corte aumentarán en la ruta 143, donde el viento también jugará su papel protagónico. "Hay que estar atentos porque cualquier descuido serán minutos que se pierden", explicó el sanrafaelino Marcos González (Maderera López/Club Güemes).
Los principales referentes de los equipos que compiten en esta edición de la Vuelta conocen muy bien el terreno. Todo puede pasar y los peones serán los encargados de contar esa historia.
En silencio, con el gran incentivo de la voluntad
La labor de Rodrigo Sigre (Maxi Bici-Guaymallén), tres veces campeón mendocino de ruta, no luce en los diarios: trabaja para sus compañeros.
Han pasado 10 años, desde aquel día en el que le confirmaron su viaje a Europa como integrante de la Selección argentina de mountain bike. A Rodrigo Sigre, de 20 años entonces, la noticia aún le daba vueltas por la cabeza; y tras una charla telefónica con el técnico del equipo (Darío Linkousqui) despertó a la realidad: viajaría al Mundial en Val di Sole, Italia.
El chico que había debutado en las carreras de ruedas gordas en 1994, y que había logrado en la gira albiceleste de 2007 un 5º general del Cross Country Ems-Feldis y finalizar 39° en el ranking del Mundial de Fort William (Sub 23); soñaba con estar ranqueado entre los 30 mejores del mundo. Pero esa temporada, de la mano de Omar Contreras, Rodrigo también vestirá la casaca del equipo de la Municipalidad de Guaymallén.
“Ellos me apoyaron mucho en este tiempo, y me permitieron vivir una gran experiencia: como fue correr mi primera Vuelta de Mendoza”. El mendocino era el flamante campeón argentino de MTB Sub-23 y en la ruta comenzó a descollar.
Al inicio de la temperada 2007/08, su padre Carlos lo llevó para que disputara el Criterium de apertura, pero en el embalaje en Ruta 60 la bandera a cuadros premió su osadía sin saber que dos años después, en la Vuelta de Mendoza -que marcaría el retiro de Juan Curuchet- sería el escudero del dueño del oro de Pekín 2008 durante toda la travesía. Subiendo también al tercer escalón del podio en Junín, durante la cuarta etapa. “Estoy muy contento porque es mi primer podio en una Vuelta de Mendoza. Al chileno (Seisdedos) no lo conocía, por eso no lo marcamos; de todas maneras no la tengo muy clara a la hora de cerrar las carreras”, explicó Sigre.
Con tres títulos mendocinos de ruta a sus espaldas y con una voz de mando forjada en la contienda local, Rodrigo Sigre (Maxi Bici-Guaymallén), es uno de los protagonistas del pelotón. Hoy su nombre no destellará en la general, pero su trabajo es apoyar al candidato incentivado por la voluntad.
