El analfabetismo financiero se padece a nivel mundial, pero sus consecuencias las sufren más, tanto deudores como inversores, en periodos en los que la situación económica de un país no es favorable.
Hoy, con tasas de financiación en la tarjeta de crédito de casi tres dígitos y con un dolar que se mueve por presiones electorales es muy difícil tomar la decisión correcta.
Al igual que sugiere la famosa organizadora japonesa Marie Kondo, la clave es ordenar. Mariano Otálora, Ezequiel Baum y Nicolás González se dedican a guiar a consumidores, inversores y deudores, les enseñan a desechar malos hábitos y a promover los buenos, pero sobre todo, invitan a conocer más sobre el mercado financiero.
Según Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales, la gente se acerca porque quiere asesoramiento y educación.
"La gente que quiere educarse está cansada de cometer errores, a veces sienten que toman la decisión correcta y después termina siendo una mala idea, también asumen un riesgo demasiado conservador y no ganaron dinero o al revés, toman demasiado riesgo y les va muy mal".
El autor de finanzas personales más vendido de Argentina ofrece un servicio presencial y virtual tanto a individuos como empresas desde hace más de 8 años.
"Llevo más de 100.000 ejemplares vendidos en al menos 7 libros, sin embargo como el fin era ayudar, se pueden descargar de forma gratuita", comentó.
Otálora resaltó que "una de las preocupaciones de la gente es que siente no sabe cómo prosperar, cómo salir adelante, tienen buenos sueldos, buenas trabajo, pero no saben invertir, o incluso muchas empresas no saben cómo leer los indicadores del mercado, compran dólares cuando no es el momento o las acciones simplemente cuando caen, no saben tomar decisiones acertadas y hay muchos instrumentos de inversión que no conocen".
En la otra vereda se encuentran los consumidores. El titular de El ABC de tu Dinero y docente universitario, Nicolás González, señaló que el principal problema está asociado al sobreendeudamiento.
"Esto genera una sensación de vergüenza social, razón por la cual funciona mejor la referencia de otras personas, generalmente del círculo más cercano, familiares o compañeros de trabajo, que han podido ordenar sus finanzas", explicó.
Entre los problemas más comunes González mencionó la imposibilidad de atender las obligaciones cuando se agotan las instancias de refinanciación de sus deudas (pago mínimo, toma de préstamos para cubrir otro pasivo), y comienzan los reclamos prejudiciales o llegan los embargos. Es decir, una situación límite con un nivel de daño ya importante.
En esa línea, el experto añadió: "Existe un elevado nivel de desconocimiento de los derechos que les asisten a los deudores y esto agrava la situación".
Por su parte, el fundador de Trainer Financiero, Ezequiel Baum, quien se dedica hace 20 años a tema vinculados al manejo del dinero y el análisis financiero en empresas, sostuvo que a la consultora acceden quienes necesitan una introducción a las inversiones, gente que quizás no tiene problemas de plata, tiene ahorros y no sabe qué hacer más allá de un plazos fijo o comprar dólares.
También dueños de empresas que toman consciencia de que no logran administrar bien el dinero del negocio. Analfabetismo financiero Tanto Otálora como González tienen participación en medios, incluidos programas de televisión, donde también se dedican a ofrecer educación financiera, mientras que Baum colabora en proyectos de educación de la mano de uno de los bancos privados más grandes del país.
Los expertos cubren así un rol vacío, un papel que tendría que ocupar el Estado.
Baum recordó que históricamente los bancos no se dedicaban a dar educación financiera sino a vender productos.
Pero aclaró que hoy las entidades entendieron que hay una ganancia de prestigio de la marca si el cliente toma buenas decisiones financieras gracias a que el banco fue parte de ese proceso.
"Estados Unidos es el mercado más grande del mundo e igualmente hay un déficit de conocimiento serio. Hay un consenso general de que la información base debería darlo el colegio secundario, mediante un taller o una materia como es instrucción cívica, aunque también debería haber un refuerzo en las universidades, un médico debería saber cómo operar el corazón y también saber cómo administrar lo que ganó en esa cirugía", opinó el fundador de Trainer Financiero.
Actuar en lo inmediato
Otálora subrayó que es fundamental no invertir en instrumentos que no se conocen, minimizar los riesgos, ya que bajo cualquier inversión es necesario planificar el éxito y el fracaso.
"No hay que comprar espejitos de colores, porque cuando llegan los problemas ya es tarde", enfatizó.
La misma referencia hizo González: "La clave pasa por revisar las pautas de consumo, los gastos, y fijar nuevas prioridades en un presupuesto. Para los endeudados esto implica definir cuál será el monto que destinarán para pagar sus deudas, hayan sido consolidadas o no. Es fundamental evitar la negación del problema o recurrir a soluciones mágicas que sólo lo agravan".
Baum también habló del conocimiento, indicó que "a las finanzas hay que dedicarle tiempo, incrementar la cultura financiera desde lugar del conocimiento, ya que nunca se termina de aprender.
Asimismo, el especialista recordó: "Los buenos hábitos se adquieren con el tiempo".
Tomar y dejar
Para encaminar las finanzas personales es fundamental deshacerse de los malos hábitos, pero antes de poder dar ese paso, es preciso tomar el control del dinero, sin prejuicios, saber cuánto se ganan y cuánto se gasta.
Una vez asumida la información, esto recomiendan los experto:
Tomar
- Fijar prioridades en el marco de un presupuesto realista, tengan ingresos fijos y más aún, si los mismos son variables.
- Generar opciones a los gastos; pensar variantes que se puedan aplicar.
- Revalorizar el ahorro, sea para protección como para alcanzar objetivos. Fijar plazos y montos. Luego elegir el instrumento de inversión.
- Detectar cuáles son los momentos y lugares donde aparecen las conductas no racionales de los gastos. Listas previas y disciplina a la hora de comprar. Y plantearse: ¿Realmente lo necesito?
Dejar
- Evitar la refinanciación de las deudas a cualquier costo. No caer en la trampa de las soluciones rápidas, solo agravan la situación.
- En caso de no ser capaz de administrar las deudas (en las que se incluyen las cuotas) sería mejor prescindir de las tarjetas de crédito.
- Abandonar los gastos hormiga (consumos diarios que parecen que son ínfimos pero que ante la repetición conforman gran parte de los gastos mensuales)
- Desechar los atajos, las recomendaciones mágicas de inversiones. La alta rentabilidad sin riesgo no existe en el mundo real.