Entre lesionados, golpeados y doloridos, en el plantel de Argentina hay de todo un poco a la espera de una Alemania que goza de buena salud para su duelo del domingo por la final de la Copa Mundial, la tercera entre ambos gigantes que tienen una victoria por bando.
Argentina dejó jirones de vida cuando jugó el miércoles un maratónico partido de 120 minutos ante Holanda en el que ninguno de los dos asumió riesgos, y que terminó en una definición por penales. Alemania, mientras, descansaba placentera tras haber humillado 7-1 a Brasil un día antes en la otra semifinal y en tiempo reglamentario.
En busca de un nuevo gran objetivo, Argentina ganó la final de México 1986 y Alemania la de Italia 1990 en sus dos duelos previos con el título de por medio. Partido 1-1 y en Brasil se desnivela esa paridad.
Angel Di María, un rayo por las bandas y ausente ante Holanda por lesión muscular, encabeza la lista de jugadores que desvelan al técnico Alejandro Sabella. Su recuperación es una incógnita y aunque Enzo Pérez lo reemplazó con acierto, su vértigo es menor que el que imprime al equipo el “Fideo” del Real Madrid.
Di María se entrenó en forma diferenciada ayer y en la delegación argentina no se pierde la esperanza de que pueda estar ante Alemania.
"Di María se entrenó entre el 60 y 80 por ciento de su capacidad", dijo el vocero de prensa de la selección Andrés Ventura. "Lo van a ir observando día a día para ver si puede llegar".
Ventura destacó que no hubo otra información del parte médico argentino.
El delantero Sergio Agüero, quien sufrió una lesión similar a la de Di María en el choque de primera ronda ante Nigeria, volvió a jugar poco más de 30 minutos ante Holanda, tras una inactividad de 10 días.
“Si el domingo me ponen de entrada sacaré fuerzas de donde sea para jugar”, declaró el ‘Kun’ Agüero ayer en conferencia de prensa. “Alemania es un equipo muy fuerte, muy duro y agresivo, pero estoy a disposición para dar el todo por el todo”.
Abanderado del amor propio de Argentina, Javier Mascherano es otro que está en observación en el cuerpo médico, ya que terminó el partido ante Holanda casi en una pierna. Pero solo si le faltan las dos extremidades abandona una cancha ese centrocampista que es compañero de Lionel Messi en el Barcelona.
Cuando los 90 minutos se acercaban inexorables, Mascherano, tuvo un cruce sublime y evitó lo que parecía gol ante una acción de Arjen Robben y quedó en el piso acalambrado. Se recuperó, pero fue visible que le costaba pisar firme ese césped del estadio Itaquerao de San Pablo regado por la lluvia.
“Por suerte Robben tardó un segundo más en el control”, recordó Mascherano, subcapitán argentino después de Messi. “Y yo pude hacer lo que cualquier jugador hubiera hecho en mi lugar, me tiré, me estiré lo máximo que pude, y la alcancé a sacar”.
El lateral Pablo Zabaleta, el centrocampista Lucas Biglia y el atacante Gonzalo Higuaín son otros de los jugadores argentinos que terminaron averiados.
“Lo importante es que la moral está muy alta; lo físico se supera”, subrayó el centrocampista ofensivo Maxi Rodríguez, autor del último penal que le dio el triunfo a los Albicelestes. “Veníamos a este Mundial con mucha bronca, con mucha rabia y ahora estamos en un lugar de privilegio”.
Por suerte para Argentina estarían enteros Messi, cuatro veces consecutiva distinguido por la FIFA como el mejor jugador del mundo, así como el arquero Sergio Romero, héroe ante Holanda al atajar dos penales.
“Tenemos una final que afrontar con un día menos de descanso y habiendo jugado un suplementario, ante un rival como Alemania”, destacó Sabella. “Pero la encararemos con humildad y trabajo”.
Argentina y Alemania llegan invictos a su duelo final el domingo en Río de Janeiro, mientras que un día antes Brasilia será escenario del choque por el tercer lugar entre Brasil y Holanda.