Martín Lafalla
Un amante del deporte. No sólo del fútbol de salón si no de todas las disciplinas. Ese es Martín Lafalla que cada vez que tiene la posibilidad recalca lo importante que es el deporte en una sociedad: “cualquier deporte en la sociedad, es un gran motor de inclusión y así deberíamos entenderlo todos”.
A fines del milenio pasado, el país salonístico ponía los ojos en Mendoza. Uno de los mejores jugadores de la historia de este deporte comenzaba a mostrar sus dotes en los escenarios mendocinos y también en el resto de país.
“Un amigo me dice vení a verme que juego las semis. Teníamos 17 años. Fui y llegué temprano y se me acerca una persona, me dice ‘te vi jugar en el colegio, ¿te gustaría jugar a ésto?’ Le respondí que estaba mal de la espalda, yo acababa de dejar el tenis, que no podía. Insistió, fui busqué unas zapatillas en casa y volví, me dieron una camiseta, jugué la semi y la final de ese torneo y salí goleador. Así empecé a jugar al fútbol de salón. La cara de mi amigo no me la olvido más (risas)” cuenta el ex jugador de Andes Talleres, entre otros.
-¿Qué te dejó el futsal?
-Sin dudas a esta altura de la vida son los amigos, afectos, lo demás, son anécdotas. Te nombro algunos, Guille Piñol, Javier Banini, Diego Bogdanosky (Kechu) y muchos más.
-¿Quién fue el técnico que más te marcó?
-Te nombro a tres, uno con el que ganamos todo lo que jugamos, era el mejor técnico en ese momento: “Fiti” Estrada, otro Gabriel Robledo, gran persona y amigo. Y por último Demetrio Luizón, un loco del futsal.
Jockey, Talleres, UNCuyo y COP/Mendoza fueron algunos de los equipos en los que vistió la camiseta y por eso recuerda: “Jockey tuvo grandes problemas institucionales, nos fuimos todos, nos separamos en varios clubes, me fui un año a UNC, que jugaba ese año el Torneo Argentino y salimos Campeones Argentinos en Ushuaia y después si llegué a Talleres. Varios años después salió lo del Mendoza/COP y empezamos de cero y luego de algunos torneos, logramos armar un gran equipo que terminó saliendo campeón del torneo local.
-¿Cuál es el título, ya sea con clubes o seleccionados, que más recordás?
-Todos tienen su importancia, puedo nombrar los nacionales que ganamos con Jockey, con la selección Mendocina en Río Grande, el último que jugué con Talleres, y así otros más, pero si elijo uno es el partido por el tercer puesto que le ganamos a Rusia en el Mundial del 2000, donde nosotros éramos un equipo totalmente amateur y varios de nuestros rivales eran ya semi-profesionales, por lo que subir al podio fue un gran logro para ese equipo.
-¿Cuánto tiempo pasó para que llegara el primer llamado de la selección argentina?
-Estuve en la preselección del 94, quedé afuera del mundial un mes antes que empezara (Argentina fue campeón del mundo), tenía 18 años, fue un gran aprendizaje para mí , después vinieron los mundiales 1997/2000/2003.
Sobre diario Los Andes
“Recuerdo que en nuestra época no existían todos los medios que hay hoy. Ni hablar de páginas web que cubrieran nuestro deporte, por lo que para cualquier deportista, lo que promocionaba tu deporte era salir en Diario Los Andes, de ahí que la importancia que tenía era mucha. Entiendo que siempre buscaron comunicar un deporte que crecía y lo hicieron con gran profesionalismo”, cuenta Martín
Marcelo Mescolatti
Hablar de Marcelo Mescolatti hoy no es sólo hablar de futsal, donde sin dudas es la gran figura a nivel nacional, sino que además es hablar de humildad, sacrificio y predisposición. “Yo llegué al futsal por casualidad. Había dejado el fútbol once por los horarios de la facultad y estuve un tiempo sin actividad.
Luego, un amigo, Gustavo Villaroel, me invitó a jugar a Don Orione, pero no me gustaba el futsal y dije que iba a ir a entrenarme solamente” cuenta sobre su llegada al fútbol de pista.
Y asegura: “por prejuicio uno dice que no le gusta porque no lo ha jugado, yo lo cuento como una anécdota graciosa”.
Sobre sus inicios recuerda: “Gustavo Gallardo fue el que más me marcó, el que conoce cómo trabaja es para sacarse el sombrero. Es el que me ha enseñado casi todo lo que sé de futbol de salón”.
Justamente sobre el presente de Don Orione, su equipo de siempre dijo: “después de la década dorada del 2000 al 2010 hubo un gran recambio y soy el único jugador que sigue. Hoy se están empezando a ver los resultados con la final disputada ante Jockey Club. En Don Orione intentamos enseñarle los fundamentos técnicos a los jugadores de corta edad y aparte, el club tiene una filosofía de juego de ser protagonista”.
Tanto en la selección mendocina como en la Albiceleste, Mescolatti lleva la diez y el brazalete. Por esto es palabra autorizada para realizar un balance de ambas: “A nivel provincial estamos un escalón por arriba de los demás por el profesionalismo que le están metiendo, por eso en las copas nacionales siempre hay un mendocino entre los cuatro mejores y eso demuestra el trabajo. Tengo una copa pendiente y es con Argentina, vamos por el Mundial 2019” enfatizó.
Al ser consultado sobre el futsal actual confirmó: “La idea es profesionalizar el futsal y rentar a los jugadores para lograr que se dediquen de lleno al entrenamiento y la competición. A mí me tocó en Colombia jugar como profesional y es totalmente distinto vivir para el deporte”.
A medida que pasó el tiempo el mendocino ya no sólo era reconocido a nivel nacional, desde afuera del país pedían por él: “Tuve 3 o 4 llamadas desde Italia en mi mejor momento, donde no había tanto auge en el futsal mendocino pero por problemas con la ciudadanía no pude viajar”.
Volviendo al presente y con respecto a la difusión del deporte, afirma que “ha mejorado la difusión en los medios y eso se traslada a las mejoras que estamos viendo”.
Por otro lado, la posibilidad de que pronto se inaugure el nuevo estadio en la Villa Olímpica y con la realidad vigente de que cada equipo federado cuenta con una localía para los partidos y para entrenar, Chelo alegó que “la Federación hace bien en obligar a los clubes a tener inferiores para participar en los torneos de Primera, hay que basarse en la formación” y sobre el estreno del estadio se esperanzó en hacerlo con un partido de la selección Argentina.
En la semifinal ante San Martín y en la final ante Jockey, donde se fue aplaudido por todo el estadio y no contuvo la emoción: “Es muy lindo que coreen tu nombre desde la tribuna, es un reconocimiento y una muestra de cariño muy grande. No es una exigencia”. / Suela Caramelo (Especial para Más Deportes).
Los recuerdos del 10
“La anécdota más linda son las amistades que te da el deporte, me hice amigo de un chico de Rusia y por ahí nos encontramos después de 4 años pero solamente nos comunicamos cuando nos vemos y con gestos, justamente por el idioma. Siempre nos hacemos un intercambio de un presente. Mi otra anécdota, pero fea, fue viajar al Sudamericano con la selección Argentina después del fallecimiento de mi abuela, me costó mucho el viaje, hasta pensé en no ir”.