Los juzgan por un ataque "pandillero" donde murió un estudiante inocente en Godoy Cruz

En los próximos días quedará esclarecido el crimen de un joven estudiante de Educación Física, a quien le quitaron la vida tras quedar en el medio de una pelea de dos grupos. La víctima nada tenía que ver con el enfrentamiento, pero recibió un tiro en la cara. Ocurrió hace un año en Godoy Cruz y este miércoles comenzó el juicio contra los dos acusados. 

Franco Pérez (23) falleció en la noche del 16 de diciembre del 2018, en la esquina de Sarmiento y Terrada. Por allí circulaba un Renault Clío y desde su interior un hombre disparaba contra los ocupantes de una moto; las balas no le llegaron a los destinatarios, sino a este muchacho que minutos antes había salido caminando de su casa y se dirigía a lo de un amigo. 

El caso llegó a tener seis detenidos-todos los que se presume que iban en el auto-, pero a juicio llegaron Gabriel Ruiz Guzmán (34) y Diego Lozano (40). Este último está sindicado como quien manejaba el vehículo, mientras que el otro sospechoso es el autor material del asesinato. Ambos están imputados por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, con penas de 10 años de mínima y máximas que superan los 30.

La reconstrucción de los investigadores fue que estos hombres habían mantenido una pelea en esa zona de Godoy Cruz con los empleados de una panadería. Primero hubo un cruce miradas, amenazas y luego golpes y trompadas. Los panaderos escaparon en moto y los otros los siguieron en el Clío disparándoles, hasta que hirieron a Franco.

Minutos después se concretaron cinco detenciones en el barrio Soeva II y se secuestró el rodado, en donde se detectó restos de pólvora. Esta prueba también resultó positiva en las manos de Ruiz Guzmán tras realizarle el guantelete. Además, testigos y los registros de las cámaras de seguridad confirmaban los movimientos que había realizado el auto con los atacantes a bordo.

Este miércoles los dos sospechosos se sentaron en el banquillo de los acusados frente al juez Ramiro Salinas y el fiscal Gustavo Pirrello. El hombre que disparó declaró en la primera audiencia y reconoció el hecho, pero asegurando que él no quería matar a nadie y que las balas las tiraba hacia arriba. Agregó que los sujetos con los que se habían peleado también llevaban armas de fuego, versión desacreditada por los investigadores.

Lozano, su cómplice, no pidió declarar por el momento en el debate pero sí lo hizo durante la instrucción. Admitió haber manejado el auto, aunque supuestamente para llevar a uno de los jóvenes que había resultado herido en la riña; también explicó que no esperaba que Ruiz Guzmán comenzara a disparar.

La jornada inicial del juicio se completó con una ronda de testigos y seguirá este jueves con la misma tónica. El viernes llegarían los alegatos, instancia en donde los abogados defensores plantearán el caso como un homicidio culposo, que pueda dar a los detenidos una condena excarcelable.