Por Arq. María Florencia Oña La Micela
Los espacios intermedios son muy necesarios en nuestras latitudes, proponen la disolución de los límites arquitectónicos, se convierten en elementos amortiguadores de temperatura y de luz.
La utilización del espacio intermedio es una estrategia muy utilizada de la arquitectura. Dicho concepto es amplio en términos de escala. Estos espacios intermedios pueden ser incorporados en plazas, patios y/o umbrales. En todos los casos se suceden múltiples actividades y acontecimientos. En el caso de la plaza su rasgo distintivo se da con la acción de unir o enlazar diferentes componentes que puedan situarse en su entorno. Si nos referimos a una escala más pequeña, como puede ser en el ámbito doméstico, la distintividad de dicho espacio se da en los espacios de transición; o umbrales. En el espacio de transición no se está dentro ni fuera. Da la sensación de estar dentro cuando se está fuera o de estar fuera cuando se está dentro.
En San Pablo en el Parque de Ibirapuera se encuentra una cubierta sinuosa diseñada por Oscar Niemeyer, la cual une los pabellones de exposiciones. Hace honor a las formas fluidas del diseño paisajístico de Burle Marx. La forma de la cubierta responde al desarrollo de los edificios circundantes adquiriendo una direccionalidad de los espacios. Los sucesos debajo de la gran cubierta son independientes y generan itinerarios diferentes y espontáneos; en contraposición con los edificios circundantes con propósitos, usos y destinos muy definidos.
"Estos espacios intermedios pueden ser incorporados en plazas, patios y/o umbrales. En el caso de la plaza su rasgo distintivo se da con la acción de unir o enlazar diferentes componentes que puedan situarse en su entorno"
La cubierta logra enlazar todas esas actividades con un solo elemento. Además, consigue una interacción impecable con la naturaleza como si fueran elementos o capas que se van superponiendo o sumando a una composición más grande, generando una escala global y única, transformando las relaciones del conjunto y adquiriendo individualidad. La intervención paisajística de este parque propone una disolución de los limites arquitectónicos para conseguir el dialogo con los edificios, concibe una suavidad donde la continuidad envolvente, se desarrolla como si fuera una alfombra donde se posa la arquitectura. Existe una cantidad de espacios públicos donde se incorpora la cubierta o el suelo es liberado, quedando como protagonista el espacio generado por dicha operación. Cambiando a la escala doméstica la casa Cavanelas, por ejemplo, propone una cubierta de estructura metálica. La misma se divide en dos tramos; uno curvo y otro recto, logrando una curva suave completa. Dando la sensación de un velo continuo.
La cubierta se eleva del suelo entre la vegetación circundante convirtiéndose en la interfaz o umbral entre el camino de acceso y el paisaje local. La solución a este problema fue la síntesis en la incorporación de elementos, lo cual permitió continuar con la armonía del paisaje natural. Los jardines no comienzan ni terminan se incorporan, sin interrumpir las continuidades naturales. La simple liberación del suelo logra la desaparición de los límites, aproximando el espacio exterior al interior. La distribución es precisa y permite una transparencia completa en el eje longitudinal.
Los espacios intermedios son muy necesarios en nuestras latitudes hay diversos ejemplos de arquitectura regional que los han incorporado. Se convierten en elementos amortiguadores de temperatura y de luz. En estos espacios intermedios podríamos hablar de un juego repetido de rituales, de sombras, de luces, de penumbras, de umbrales, de perspectivas y particularidades que dotan al espacio de una intensidad máxima, como un eterno descubrimiento en el progresivo desarrollo de la arquitectura.
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