La gran batalla que impulsó el Gobierno nacional para alcanzar el equilibrio de las cuentas públicas solamente se acercará a su fin cuando se contemplen también las acciones necesarias para eliminar la bola de nieve de los intereses de la deuda, que representan el otro gran rojo del déficit fiscal.
Esa es la certeza que comparten la mayoría de los economistas, quienes advierten que sortear ese obstáculo será fundamental para alcanzar la normalización de la economía argentina. Incluso uno de ellos, el diputado nacional Marco Lavagna, alertó sobre la situación durante la exposición del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, para defender el Presupuesto 2019 en el Congreso.
Y consultado por este diario, el hijo del ex ministro de Economía Roberto Lavagna agregó: "No es un Presupuesto equilibrado, es un Presupuesto que va a terminar con cerca de 3 puntos de déficit fiscal, que están relacionados con el pago de intereses de deuda".
Agregó que las acciones del Gobierno nacional apuntan solamente a "ajustar lo que se llama el gasto primario, sin contar los intereses de deuda" y se quejó porque, explicó, ese rojo "sigue siendo déficit fiscal, sigue siendo gasto que tiene el Estado y que pagan los contribuyentes a través de sus impuestos".
Según las proyecciones del economista Nadín Argarañaz, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), si efectivamente se lleva el déficit primario a cero a fines de 2019, "el déficit fiscal estaría explicado solamente por intereses de la deuda, y en ese caso podría llegar a ser del orden del 3,1 o 3,3% del Producto Bruto Interno".
"Hay que seguir laburando para bajar ese déficit", remarcó Argarañaz luego de compartir con ese diario las proyecciones que, traducidas, indican que los intereses de deuda podrían superar los 596.000 millones de pesos en 2019.
La administración del presidente Mauricio Macri se comprometió ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) a acelerar el ajuste para eliminar el déficit primario.
Fue la promesa con la que se acompañó el pedido para adelantar los desembolsos del megacrédito por hasta U$S 50.000 millones, necesarios para blindar el frente financiero.
El esfuerzo demandó sacrificios de las provincias y la aplicación de derechos de exportación. En números, la misión requerirá de un ahorro superior a los $300.000 millones (de los cuales dos tercios afrontará la Nación y el resto de las administraciones provinciales) y nuevos ingresos por $ 348.000 millones mediante las ampliamente cuestionadas retenciones que se mantendrán hasta diciembre de 2020.
La hoja de ruta oficial plantea terminar el 2018 con un déficit de 2,6%, llevarlo a cero en 2019 y emprender el camino del superávit fiscal en 2020, con un saldo positivo de 1% del producto.
"Esto implica una reducción acumulada de 4,9 p.p del PBI en tres años ó US$ 25.000 millones de menores necesidades financieras", indicaron a través del Presupuesto 2019.
Pero esos son los cálculos del equipo económico sin contemplar el rojo de los intereses de deuda porque, la apuesta, es atacar ese frente a partir de diciembre del año próximo.
En la Casa Rosada prevén que el rojo financiero de 2018 será de $ 764.976 millones, y que el número se incrementará 22,1% en 2019, para terminar en torno a los $ 596.065 millones.
Así, los intereses de la deuda representarán más del doble de los fondos que se destinarán el año próximo a los subsidios económicos para tarifas de energía y de transporte, entre otros ($ 287,302 millones) y casi igualan el monto proyectado para el funcionamiento del Estado nacional, con el correspondiente pago de los salarios ($ 677,616 millones).
"Los riesgos de mantener riesgos de mantener ese déficit tan elevado, son los riesgos que venimos teniendo en la Argentina: una inflación que no la podés bajar nunca y una necesidad de endeudamiento que genera que ante cualquier complicación estás muy vulnerable", agregó Argarañaz.