Dos meses después de que se decretara el aislamiento obligatorio producto de las medidas sanitarias para contrarrestar los efectos del coronavirus, desde las comunas oficialistas del Gran Mendoza sostienen que la relación entre colegas está marcada por el respeto. Tampoco hay desacuerdos en torno a las decisiones que toma el gobernador Rodolfo Suárez, en donde cada uno se expresa sin tapujos.
El cambio de gobierno se trasladó también al estilo de conducción. Mientras Alfredo Cornejo gestionaba de una forma más vertical, se relacionaba directamente con los intendentes de su partido y de una forma más mediada con los de la oposición, Suárez lo hace de una manera muy diferente. Apela al trato más personal, consulta y se nutre de los aportes de las comunas, que en esta pandemia han sido muchos, como así también con reuniones. Y el coronavirus, aseguran varios, le sirvió al mandatario para aceitar el andamiaje con los intendentes, del palo propio y del ajeno.
"Cornejo era más obsesivo de la agenda política y en los intendentes residía la fortaleza política de Cambia Mendoz. Suárez heredó ese poder construido y debe sostenerlo seguramente con otro tipo de liderazgo", deslizaron desde el oficialismo.
Más cerca de Ulpiano Suárez (Capital), Tadeo García Zalazar (Godoy Cruz), Marcelino Iglesias (Guaymallén), Daniel Orozco (Las Heras), Sebastián Bragagnolo (Luján de Cuyo), los oficialistas del Gran Mendoza, encuentra en Matías Stevanatto (Maipú) alguien que no lo confronta en público, lo contacta por privado y quien –aseveran- ha puesto menos “peros” que otros radicales en las decisiones que se debían tomar.
Reconocen también que hubo chispazos entre el Gobernador y alguno que otro administrador municipal por acciones inconsultas que se desajustaban un poco con lo decidido por la provincia, o incluso porque a veces las conferencias que brindaba el mandatario no se reflejaban al pie de la letra en los decretos que se publicaron.
Así, luego de lo sucedido durante el intento de derogación de la ley 7722 conocida como “antiminera” y los hechos sociales posteriores, mucho se habló de la fractura que había puertas para adentro del bloque. Mientras algunos lo respaldaron fuertemente, otros se justificaron en haber adelantado su oposición a la minería. Sin embargo, hay jefes comunales que indican que la pandemia allanó esas cuestiones y hoy la relación es buena y hasta se aventuran en decir que “se llevan mejor ahora que cuando recién asumió”.
Suárez debió y debe acordar con los jefes comunales muchas medidas y antes de tomar decisiones dialoga con todos sin intermediarios, ya sea por ZOOM o algunas reuniones presenciales. Y lo que parecían acciones aisladas de los departamentos oficialistas, y no en bloque como en otros tiempos, se debe "a que las situaciones son muy diferentes, cada uno está con los quilombos propios y viendo cómo asiste a los vecinos".
Integra los chats de WhatsApp con los intendentes y hoy quizás está más abocado a lo que es el Gran Mendoza, porque es el área en donde se levantaron las restricciones después que el resto. De hecho, hace pocos días debatieron como trabajar en conjunto con los protocolos para lo referido al transporte de cargas.
"El estilo es muy distinto, no es que uno sea malo y el otro bueno, son diferentes. Es cierto que como "Rody" es más distendido en la relación, hay más autonomía para ejecutar cuestiones. Cornejo era más de accionar, pero también se entiende porque el contexto era otro, la provincia era otra cuando llegó", sostuvo un intendente.
Estos dos meses obligaron al Gobierno a replanificar lo previsto, pero también para terminar de vincular a un nuevo mandatario con intendentes que algunos eran conocidos, otros no, pero con los que deberá vincularse de aquí hasta que termine su mandato.
