Sabemos que nuestro planeta es hogar de aproximadamente 1,8 millón de especies descriptas de seres vivos, entre las cuales los insectos constituyen más de la mitad de ese total, pero su importancia en nuestra vida a menudo no nos resulta evidente.
Sabemos que alrededor de las tres cuartas partes de nuestro cuerpo, así como las de la superficie terrestre, están compuestas por agua y nadie duda de la importancia de este elemento para la vida en la Tierra. Sabemos que nuestro planeta es hogar de aproximadamente 1,8 millón de especies descriptas de seres vivos, entre los cuales los insectos constituyen más de la mitad de ese total, pero su importancia en nuestra vida a menudo no nos resulta evidente.
Los insectos pertenecen a un grupo mayor de animales, los artrópodos, que aparecieron hace más de 500 millones de años en el mar, donde se originaron los ancestros de las formas de vida hoy conocidas. Antepasados de los insectos, pequeños animales con un cuerpo acorazado y tres pares de patas, invadieron el ambiente terrestre hace más de 400 millones de años, época desde la cual los insectos empezaron a poblar la superficie terrestre para convertirse en los primeros organismos alados y finalmente dominar la tierra y el aire. El vuelo en los insectos, lejos de ser un simple batir de alas, incluye una serie de movimientos y articulaciones donde forma y función comulgan para dotar al animal de direccionalidad, sustentación y velocidad en el aire. Todo bajo un control neuronal que les permite la exploración tridimensional del espacio. Si bien las alas constituyen una de las novedades evolutivas más importantes dentro del grupo, la organización del cuerpo en unidades funcionales junto a la presencia de apéndices articulados y sus notables modificaciones, han favorecido la extraordinaria radiación de los insectos sobre la superficie terrestre así como la de los crustáceos, otro grupo de artrópodos, en el agua. Por otra parte, la presencia de una "coraza" o exoesqueleto segmentado, si bien les ha permitido protegerse contra las adversidades del ambiente, también les ha limitado sus posibilidades de crecimiento. Su desarrollo y crecimiento no sólo están determinados por la "muda" o cambio del exoesqueleto. En la mayoría de las especies se da la metamorfosis, proceso por el cual el animal experimenta grandes cambios estructurales y fisiológicos hasta llegar a la edad adulta. En muchos casos la metamorfosis involucra también marcadas diferencias en las preferencias de alimento y hábitat dentro de una misma especie según la etapa del ciclo de vida en la que se encuentre.
Forma y función en insectos, así como las de toda vida conocida, han sido determinadas por la evolución a lo largo de su historia sobre el planeta. Es así como conocer la historia evolutiva de los seres vivos, y en particular de los insectos como grupo dominante sobre la Tierra, resulta primordial, toda vez que es la evolución el proceso "modelador" por el cual los seres vivos han sido capaces de hacer uso de los recursos y, en última instancia, extraer y transformar la energía del ambiente. Desde la reconstrucción de sus relaciones dentro del árbol de la vida, pasando por las áreas en que se distribuyen, sus preferencias alimenticias y los principios físico-químicos que determinan su fisiología y comportamiento, el estudio de los insectos nos brinda información clave para resolver los misterios de la vida. Su aplicación en distintas disciplinas provee tanto a la conservación y manejo sustentable del medioambiente como al progreso humano y al avance tecnológico. Más allá de las ventajas que se pueden obtener de su conocimiento, es su rol trascendental en los ecosistemas lo que les ha conferido un papel determinante en la historia de la vida desde su aparición hace más de 400 millones de años. Mientras que las plantas configuran el paisaje terrestre, tenemos que insectos y plantas han coexistido y en muchos casos co-evolucionando por la mayor parte de su historia evolutiva y son los insectos los que hoy en día cumplen en mayor medida papeles claves como polinizadores, descomponedores y agentes de control biológico a través de su interacción con otras especies.
El 85% de las plantas con flores son polinizadas por insectos mientras que alrededor de 80% de biomasa vegetal en descomposición es consumida por insectos en muchos bosques y praderas. Si bien muchos insectos son perjudiciales desde el punto de vista médico, sanitario y de la producción agrícola-ganadera, estos representan un mínimo porcentaje sobre el total de insectos que llevan nuestro mundo a sus espaldas.
Si los insectos son tan importantes para la vida, ¿por qué no lo son en nuestra cultura? Hay quien diría que su estudio es de importancia secundaria en tanto y en cuanto los avances científicos no siempre se ven traducidos en aplicaciones de efecto inmediato en la sociedad. Y en este punto debemos darnos cuenta de la contradicción que este tipo de pensamiento encierra. Porque la mejor solución no es la que resuelve un problema sino la que lo previene. Porque una visión antropocéntrica, donde sólo nos preocupa lo que es de uso inmediato y personal, es un registro falso de la realidad. Porque no estamos solos.
Nuestro planeta es nuestra casa. Así como del aire y del agua se vive, también de los insectos.