El gobernador, Francisco Pérez, tiene frente a sí la resolución de un difícil dilema: ¿Cómo se puede pagar más cuando se cuenta con menos recursos?
Si en los últimos años la variable de ajuste pasó primero por la obra pública (reiteradamente subejecutada) y luego por los proveedores del Estado (con quienes la deuda superó los mil millones de pesos a fines del año pasado), ahora -cuando el crecimiento de los recursos viene por debajo de lo esperado- el problema parece plantearse directamente con el pago de salarios.
En el primer bimestre de este año, los ingresos totales de la Provincia subieron un 26 por ciento con relación a los del año pasado (4.941 millones contra 3.900), pero los gastos aumentaron el 45 por ciento (4.354 millones contra 3.000 de los dos primeros meses de 2014).
Por lo tanto el superávit que históricamente suelen dejar enero y febrero (habitualmente meses de menores gastos que los restantes) se desplomó un 34 por ciento por ciento en la comparación interanual: 586 millones en los sesenta primeros días de este año contra 900 millones en el mismo lapso del año anterior y eso que todavía no regían los aumentos acordados.
El pago de los salarios del primer bimestre ocupó este año 1.400 millones de pesos por mes, es decir una cifra igual a la del monto que recibe la Provincia por coparticipación federal más lo que recauda por Ingresos Brutos, el gravamen provincial de mayor aporte a la Tesorería.
En cambio en enero y febrero de 2014 la liquidación mensual a los empleados públicos (1.000 millones) fue menor en 200 millones de pesos a la suma de ‘la copa’ e Ingresos Brutos.
El problema parece complicarse hacia adelante, ya que desde marzo debió abonarse el aumento del 35 por ciento acordado con los docentes. Esto eleva el costo mensual en salarios de 1.400 a unos 1.600 millones de pesos. Ayer, el Ejecutivo dispuso también un aumento del 35 por ciento para el personal policial y penitenciario, retroactivo a marzo. Y si este mismo porcentaje se aplica al resto de los gremios (ya está tomada la decisión política de no otorgar a otros sindicatos un incremento mayor al de los docentes), la partida salarial crecerá a 1.900 millones de pesos. Un número de este tipo proyecta hacia julio (una semana después de que se conozca el nombre del próximo gobernador) un monto a liquidar (con medio aguinaldo) de al menos 2.600 millones de pesos.
La cifra -por difícil que parezca- es superior a la suma de todos los recursos corrientes que ingresaron al Estado provincial durante el pasado febrero (2.500 millones de pesos), por lo que si los ingresos se mantienen en lo que mostró el primer bimestre de este año (sólo los 200 millones de regalías registran un incremento), para pagar los sueldos y aguinaldos de los empleados públicos no alcanzará con juntar todos los recursos. Cobra mayor fuerza el interrogante sobre la obra pública, los proveedores y el pago de deuda anterior.
“Nosotros entendemos que es necesario (el crédito) para pagar la deuda soberana que tiene la Provincia”, reiteró ayer Pérez. "Pero la condición que ha puesto (el precandidato a gobernador de la oposición, Alfredo) Cornejo, es no aceptar deuda (en la discusión del Presupuesto 2015)”, disparó una vez más su queja.
En marzo pasado, Pérez pagó los 110 millones de pesos del Bono Mendoza 18 (el Aconcagua refinanciado por Julio Cobos).
Ahora en abril y en mayo debe pagar los 40 millones mensuales rotativos por uno de los tres Bonos Link que emitió su administración; unos 25 millones a la banca comercial y 20 millones del Credit Suisse. En tanto en junio deberá renegociar el Programa de Desendeudamiento en momentos de enfriamiento con la Nación.