La tercera jornada del juicio que se sigue en la ciudad ecuatoriana de Salinas contra Alberto Mina Ponce y Eduardo Aurelio Rodríguez, por el asesinato de las mendocinas María José Coni y Marina Menegazzo, tuvo este miércoles el relato de los últimos momentos vividos por las dos jóvenes mendocinas, mientras que la audiencia se mantuvo, a lo largo de todo el desarrollo por momentos expectante, mientras que en otros la congoja, la emotividad y la tensión se transformaron en lágrimas y llanto contenido.
Es que los peritos forenses explicaron al Tribunal y las partes en detalle lo que dio la segunda autopsia ordenada, en la instrucción por la fiscal Dolores Coloma Pasmiña, la misma que ahora aporta unas 200 diligencias y casi un centenar de testimonios (de los cuales ya pasaron una veintena) y está sentada a un costado del estrado.
Con Gladys Steffani y Cristina Menegazzo como querellantes, pero principalmente como madres de las chicas, la audiencia ya en horas de la tarde sirvió para conocer los detalles más escabrosos sobre la saña y violencia impuesta por los asesinos para terminar con la vida de las dos jóvenes.
Sobre la base dada por los profesionales de que las chicas no tuvieron posibilidad ni tiempo de defensa, los testimonios de médicos y peritos retumbaron dentro del recinto, ante una audiencia que mantenía un completo y respetuoso silencio.
Violencia
Majo murió como consecuencia de un fuerte golpe en el cráneo, sin embargo las lesiones en brazos, la fractura del fémur y de un dedo del pie, demuestran con claridad, y también con espanto, la inusitada violencia impuesta por el agresor.
Su mamá, que ya había estado frente al cuerpo irreconocible de su hija en la morgue de Guayaquil, ahora -al igual que el resto de los familiares- desechó una "invitación" para dejar la sala y con entereza y emoción mantuvo su atención en los argumentos de los profesionales.
También se hizo referencia a que, a diferencia de Marina, que presentaba por lo menos media docena de lesiones cortantes y evidencias de haber estado atada, Majo mostraba signos de haber sufrido un abuso sexual, sumado a lesiones compatibles para los peritos como defensivas.
La muerte de Marina se produjo, según los médicos forenses, como consecuencia de una puñalada que dañó la médula cervical, lesión que primero la paralizó y finalmente terminó con su vida.
Y, por primera vez, se escuchó la palabra violencia de genero "extrema", lo que anticipa que la querella buscará agravar el pedido de penas hasta el máximo.
El juicio, como ocurre habitualmente, comenzó minutos después de las 9 y, tras un cuarto intermedio al medio día, concluyó cerca de las 18 (hora de Ecuador).
La continuidad está prevista para hoy desde las 9, mientras que debido al feriado del viernes (pasado del miércoles, por el Primer Grito de Independencia) es que las audiencias seguirán el próximo lunes.
Acusados, a la sala
El pedido de las familias para que tanto el acusado Alberto Mina Ponce como Aurelio Eduardo Rodríguez estuvieran presentes en la sala del debate, al que adhirieron los abogados Hernán Ulloa Ordóñez y Osiris Sánchez, este miércoles se conoció que el Tribunal, con el aval de la fiscal y las defensas de ambos, accedió al pedido y muy probablemente los dos acusados sean trasladados desde el penal de Guayas (a 140 kilómetros) hasta la sala, el próximo lunes.