Una plataforma ciudadana inspirada en los 'indignados' e integrada por Podemos fue la más votada en las elecciones municipales en la capital catalana y también podría intentar formar una coalición de gobierno en Madrid, donde quedó segunda.
Barcelona en Común, liderada por la activista antidesahucios Ada Colau, logró 11 concejales, frente a los 10 que ganaron los conservadores nacionalistas de CiU del actual alcalde Xavier Trias, con el 99,32% de los votos escrutado.
En Madrid, el conservador Partido Popular fue el más votado con 21 diputados contra los 20 obtenidos por la ex jueza Manuela Carmena, candidata de Ahora Madrid, que también incluye al partido antiliberal Podemos.
"Aquí no han ganado unas siglas, aquí no han ganado unos contra otros, ha ganado el deseo del cambio sobre la campaña del miedo, de la resignación y con esto ganamos todos, sobre todo Barcelona”, afirmó Colau tras conocer los resultados.
El alcalde en funciones de la capital catalana se ha apresurado a felicitar a la ganadora de las elecciones municipales. “Hemos perdido las elecciones. Enhorabuena Ada Colau”, escribió Trias en su perfil de Twitter.
“Los partidos del poder han tenido uno de los peores resultados de su historia”, afirmó en Madrid el líder de Podemos, Pablo Iglesias, cuya formación no se presentó como tal en estas elecciones municipales, sino integrada en distintas listas como Barcelona en Común o Ahora Madrid, otra plataforma ciudadana que podría liderar la capital española.
Ahora Madrid, segunda lista más votada al ayuntamiento madrileño tras el gobernante PP, podría gobernar el consistorio si consigue alianzas con alguna de las otras fuerzas como los socialistas, que consiguieron 9 concejales, o la otra fuerza emergente de centro-derecha, Ciudadanos, que obtuvo 7 ediles.
“Tendríamos la alcaldía siempre que no haya un pacto entre otros partidos”, afirmó la candidata conservadora a la alcaldía madrileña, Esperanza Aguirre, dejando entrever que ve posible ser desplazada a la oposición.
Madrid y Barcelona muestran una irrupción de las nuevas formaciones emergentes en la política municipal frente a los dos partidos tradicionales, PP y socialistas, que, no obstante, se han mantenido como las dos fuerzas más votadas a nivel nacional en la municipales con un 27,02% de los sufragios y 22.659 concejales y un 25,05% de votos y 20.754 ediles respectivamente.
“Nos habría gustado que el desgaste de los grandes partidos sea más rápido”, reconoció Iglesias.
El PP logró imponerse
Los españoles castigaron, de este modo, a sus partidos tradicionales después de casi una década de crisis económica y entregaron la llave de sus alcaldías y gobiernos regionales a las nuevas formaciones Podemos y Ciudadanos a seis meses de las elecciones presidenciales.
Más allá de lo sucedido en las ciudades más importantes de España y con el 99% de las papeletas escrutadas, el gobernante Partido Popular ganaba las elecciones municipales en todo el país con seis millones de votos.
El centro derecha del presidente Mariano Rajoy, que no hizo declaraciones, se imponía provisionalmente en nueve de las 13 regiones pero sin mayoría suficiente y con la necesidad de llegar a acuerdos si quiere gobernar.
La suma de votos de socialistas -que lograron 5,5 millones- y populares, que han gobernado el país en los últimos 35 años, fue de 52% en comparación con el 65,3% de las elecciones locales de 2011. La izquierdista Podemos y la centrista Ciudadanos, que no concurrían en todo el país, no consiguieron desbancar a los grandes partidos, pero su apoyo en el resto del país resultará decisivo como tercera y cuarta fuerza política.
“Las elecciones confirman la fragmentación del sistema de partidos español con el apoyo muy significativo a los nuevos partidos como Podemos y Ciudadanos”, explicó Antonio Barroso, analista político de Teneo Intelligence. “Pero los grandes partidos aguantan el tirón y son todavía los actores principales de la política española”, agregó.”Ellos son los que van a encabezar los pactos'', añadió el especialista.
“Madrid y Barcelona demuestran cómo los nuevos partidos son muy populares en las grandes ciudades”, señaló Barroso. “Esto es un test para el sistema político español y aquí se va a demostrar si España puede convertirse en un país de coaliciones o en un país de bloqueos”.
El Partido Popular, que arrasó en estas elecciones hace cuatro años, se mantuvo como el partido más votado, pero perdió su mayoría en feudos significativos como Madrid y Valencia. Ganó en nueve de las 13 regiones llamadas a las urnas, pero sólo obtuvo mayoría suficiente para gobernar en una de ellas.
Bipartidismo en jaque
“Las grandes ciudades son los motores del cambio. Empieza a escribirse en España el fin del bipartidismo”, dijo el politólogo Pablo Iglesias, líder de Podemos. Los analistas coinciden en que lo sucedido ayer es “un 'varapalo' serio para Rajoy” aunque agregan que él sigue convencido de que la economía le va a permitir ganar las legislativas.
La economía española se está recuperando tras siete años de recesión y está previsto que crezca casi al 3% este año. Pero el alto desempleo, todavía en el 23,8%, varios casos de corrupción que salpican a sus principales líderes y una serie de medidas impopulares como el abaratamiento del despido y las subidas de impuestos han desgastado mucho a los populares. Sin embargo, su tradicional rival socialista no ha logrado capitalizar ese descontento.