Donde hay un problema o una necesidad, un brazo solidario florece en el momento de mayor urgencia. Y el Hospital Humberto Notti es ejemplo de cooperación y compromiso entre grupos, instituciones y la comunidad, que constantemente trabajar para asistir a pacientes y suplir las carencias del centro.
Una de las más antiguas y que presta su colaboración es la Asociación Cooperadora del Hospital Pediátrico Humberto Notti. Con más de 60 años de vida (nació como un grupo de voluntarias de la sociedad mendocina para prestar ayuda al antiguo Hospital), con la creación del Notti trasladaron su tarea a dicha institución, siendo un sector fundamental en la asistencia a pacientes y obras para el nosocomio.
Un grupo de más de 20 mujeres se reparten el trabajo cada día en la oficina ubicada dentro del edificio. “Nuestra tarea venía del Emilio Civit. Pero en el Notti comenzamos a trabajar de otra manera, lo que se llama ´trabajar con el despacho´, atendiendo a la gente. Específicamente compramos todo lo que necesita el niño que está internado o es tratado en el hospital. Ese seguimiento se hace por medio de expedientes con el área médica. Asistencia social hace un informe socioeconómico de la familia y si está necesitada, se hace un pedido y sobre todo si es leche, se deriva a la cooperadora. Compramos y recibimos desde leche común hasta leches especiales, que son de alto costo”, dice María Cristina Reyes, actual presidente de la Cooperadora, que cuenta con 300 socios que contribuyen con una cuota mensual, además de las donaciones generosas de la sociedad, eventos, sorteos y distintas concesiones de alquiler dentro del hospital.
Recientemente acaban de inaugurar la remodelación de la playa de estacionamiento oeste del edificio, obra que encaró la Cooperadora y toda su comisión. El principal reto es mantener el orden y la tranquilidad del grupo, para que su misión no se pierda en el tiempo. Porque aún en tiempos de crisis, la Cooperadora siempre contó con los fondos necesarios para continuar su trabajo.
Voluntarias
Otro asociación de mujeres que brinda su tiempo y ayuda es el Cuerpo de Voluntarias del Hospital Notti. Con 50 años de vida, la ONG nació por iniciativa de Beba de Peric en 1967 en el Hospital Emilio Civit, para brindar ayuda y contención a los pacientes. Y desde hace 25 años, son parte del centro pediátrico.
“Somos 30 voluntarias que todas las tardes trabajamos en el hospital, asistiendo a niños y madres que están internados. Diariamente repartimos pañales, elementos de higiene personal, calzado, ropa para el paciente y su mamá. Recorremos todas las salas para conocer cuáles son las necesidades y también brindamos contención y escucha”, cuenta Marisel Caiñas, presidente de la agrupación que se sostiene gracias a la colaboración de la comunidad, un bingo anual y la campaña en colegios con la recolección de plástico y papel, cuyos fondos son destinados a Oncohematología.
En la actualidad, el voluntariado lo conforman mujeres de distintas edades. Juana y Dilva están desde la primera hora; a sus 92 años mantienen su espíritu de entrega y solidaridad por los niños. Y la última integrante es Paula, una joven de 20 años que se unió a la cruzada. “Somos madres que tenemos tiempo; nos gusta ayudar a los chicos y es una manera de estar en contacto con los niños. Nos repartimos y a cada una le toca un día a la semana ir al hospital. Pero, además, siempre buscando donaciones, nos manejamos con el boca a boca y todo lo que nos donan sirve”.
Asistencia y aporte a la investigación
La Fundación Notti es una de las organizaciones más jóvenes que ayuda al hospital y funciona como una institución sin fines de lucro. Creada en 2002, su objetivo principal es trabajar con la problemática de sanidad infantil en cada área que demanda el Notti. A su vez, asisten a comedores comunitarios, municipios, institutos de desarrollo de capacidades y otros hospitales de la región.
“La Fundación Notti nació con el objetivo de ayudar al hospital en la renovación de aparatología de alta complejidad. Desde el 2010 hasta ahora hemos donado 14 millones de pesos en aparatología. Actualmente estamos en pleno proceso de construcción del centro de rehabilitación para los pacientes, con una pileta de hidroterapia. Será el único hospital público del país que tenga un servicio de esas características para los niños”, sostiene el presidente de la organización, Ricardo Zuppa.
Ubicada estratégicamente a una cuadra del Hospital, donde funcionaba el balneario Iguazú, el predio es utilizado por pacientes, residentes que realizan actividad física en el gimnasio y además, funciona allí el Jardín Maternal Angélica Suárez de Jofré, donde asisten 130 niños desde 45 días a 4 años, en su gran mayoría hijos del personal del Hospital. En verano, tiene el programa de la Colonia de Vacaciones Integrada, destinada a chicos con patologías crónicas, pacientes en rehabilitación y niños que quieran sumarse pertenecientes a otras instituciones. “Somos 18 personas en total trabajando en la Fundación. En este momento los fondos son otorgados por empresas que colaboran, eventos que organizamos y de los mismos servicios que ofrecemos. Nuestra principal preocupación es dejar establecida una organización que venza al tiempo”.
Contención espiritual y apoyo educativo
El acompañamiento humano es un aspecto fundamental del tratamiento en cada paciente. Cuando la salud apremia, el malestar y la tristeza se hacen carne en los niños y sus familias.
Por eso, la parte espiritual y religiosa también tiene su lugar. Las Hermanas Edith Quevedo y Ana Elena García son las integrantes del Instituto Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia, que integran la comunidad del Hospital Notti.
Con 180 años de vida como institución, desde comienzos del siglo pasado prestan sus servicios en hospitales. Actualmente, en el nosocomio colaboran con la Dirección, con el área de Comunicación y su misión primordial es acompañar y contener espiritualmente a los niños internados, a sus familias y quienes lo soliciten. Entre sus tareas se destaca el trabajo en la ludoteca del hospital, el acompañamiento a las madres en Neonatología, Cardiología, Terapia intensiva y ayuda social, para los pacientes más necesitados.
Muchos de los pacientes pasan largas estadías a lo largo de tratamiento y el apoyo escolar es primordial para que continúen con su formación educativa. Desde su creación hace 77 años, la Escuela Hospitalaria realiza el trabajo de seguimiento y aprendizaje de los pequeños que se encuentran internados. Antiguamente trabajaban en el Hospital Emilio Civit hasta su mudanza al Notti en 1992. En el nosocomio los docentes enseñan a los alumnos en pie de cama (si ellos no pueden trasladarse), si tienen la posibilidad de moverse las actividades se concentran entre la biblioteca y la escuela del hospital, bajo una modalidad aula o aula-taller.
En la actualidad, la escuela cuenta con servicios educacionales de turno mañana y tarde. Se desempeñan seis maestras de grado de educación común, dos de nivel inicial, una de educación especial, espacios curriculares como plástica y artesanías, teatro, música y hasta ajedrez, además del personal administrativo. Las maestras trabajan en conjunto con los profesores de las escuelas donde los chicos concurren, para lograr la mejor integración del niño.
Un hogar lejos del hogar
Otra de las instituciones que ayuda a los pacientes del hospital es La Casa de Ronald McDonald de Mendoza. Como parte de una organización mundial, desde 2003 brinda alojamiento y contención a familias con hijos en tratamientos médicos prolongados por cáncer, trasplantes u otras enfermedades de alta complejidad en el Hospital Pediátrico Dr. Humberto Notti. Ubicada a pocos metros del centro asistencial, hasta la actualidad ha brindado contención a más de 2.500 familias.
Gracias a la generosidad y el aporte de numerosas instituciones y particulares, La Casa Ronald McDonald Mendoza logró un sólido crecimiento y el de su Asociación, permitiendo beneficiar a más 70.000 niños y sus familias. Poseen varios programadas de cooperación como el “Mil x Mil”, donde la ayuda es personal y su efecto inmediato. Su objetivo primordial durante todos estos años es extender su apoyo y contención a los pacientes, entendiendo que lo más importante es mantener a las familias cerca.