Mendoza cuenta con una rica historia sanmartiniana que no ha sabido mantener en el tiempo. Por carencia de presupuesto en algunos casos y por desidia en la gran mayoría, las diferentes gestiones gubernamentales permitieron que gran parte de los lugares en los que vivió San Martín y en los que desarrolló su histórica misión fueran quedando en el olvido por falta de mantenimiento y cuidado, sin ser explotados no sólo por su valor histórico sino por la posibilidad de ampliar una oferta turística que recién en los últimos años se ha fortalecido por la incorporación del turismo enológico.
Lo más grave del caso es que la inversión monetaria para recuperar los hitos no resulta importante en comparación con los resultados que podrían obtenerse, por lo que en el fondo de trata esencialmente de toma de decisiones por parte de las autoridades.
A diferencia de otras provincias, como Córdoba o Capital Federal, Mendoza no puede mostrar lo que fue la época de la colonia porque el terremoto de 1861 destruyó todo, obligando a “trasladar” la ciudad hacia el sur-oeste. Inclusive hubo inconvenientes para “reconstruir” lo que ahora se conoce como Área Fundacional porque no existían dibujos que mostraran cómo era el Cabildo. De allí que constituyó un acierto recuperar la zona e inclusive la decisión de mantener “lo que quedó” de las ruinas de San Francisco, para que mendocinos y turistas tomen conciencia de la violencia del fenómeno natural.
En los últimos años hubo importantes iniciativas tendientes a recuperar lugares históricos por parte de algunas comunas. Sucedió con Luján, que trabajó en la iglesia de La Carrodilla; Las Heras, que comenzó con la tarea de poner en valor el campo histórico de El Plumerillo; San Martín, con la casa de Las Bóvedas; Maipú, a través de los trabajos en la iglesia de Rodeo del Medio y del predio de lo que fue la casa de los Molina, a la que solía concurrir San Martín; y Guaymallén, con la puesta en valor de la casa de Molina Pico y de la Capilla del Rosario, por señalar sólo algunos ejemplos.
Pero sobre la gesta histórica sanmartiniana quedó un vacío sin llenar. De allí que resulte por demás interesante la iniciativa tendiente a recuperar los lugares en los que San Martín vivió tres años, durante los cuales armó el Ejército de los Andes para lograr la liberación de Chile y del Perú, reforzando paralelamente la independencia argentina.
Según se indica, la intención es recuperar algunos lugares como la Basílica de San Francisco, donde descansan los restos de la hija del Libertador, Mercedes, de su primera nieta y de su yerno, Mariano Balcarce; el solar histórico, donde vivió el Padre de la Patria, ubicado en calle Corrientes 343, donde sólo existe una placa recordatoria que pasa casi desapercibida (una diferencia abismal con lo que ocurre con la casa de Sarmiento, en San Juan) o La Alameda, lugar utilizado por San Martín para sus paseos, todo ello en Capital, mientras en Las Heras la intención comprende el monumento a Canota y el Campo Histórico de El Plumerillo, lugar que resultaría ideal para realizar, además, de visitas guiadas, espectáculos de luz y sonido, como los que se realizan en Tucumán en la Casa Histórica. Se trata sólo de algunos de los tantos de sitios que pueden recuperarse a lo largo y a lo ancho de la provincia.
La inversión monetaria que puede llegar a demandar la recuperación de esos hitos históricos puede resultar importante, pero puede ser fácil y rápidamente recuperada con el aporte que otorgará el turismo al ampliarse la oferta hacia los centenares de miles de turistas que anualmente visitan Mendoza.
