Wembley vivió este martes un momento memorable cuando miles y miles de hinchas ingleses, con el príncipe Guillermo y David Cameron a la cabeza, cantaron La Marsellesa al inicio del Inglaterra-Francia de fútbol en el legendario estadio de Londres.
Tras el himno, los jugadores de ambos equipos se unieron mezclados en el centro del campo para un minuto de silencio en recuerdo de los 129 muertos de los atentados de París del viernes.
El príncipe Guillermo y el primer ministro británico David Cameron estuvieron a pie de cancha durante los himnos, tras participar en una ofrenda floral.
La canción revolucionaria y belicosa que representa a Francia fue adoptada sin dudarlo por los hinchas ingleses, que desplegaron además banderas francesas en el lado del estadio que ocupan.
"El partido de hoy tiene un significado especial: esa gente no puede ganar", dijo Mike Hooper, un inglés de 45 años que acudió al estadio con su hijo pequeño.
Hooper cantó el himno "por solidaridad", igual que el turista malasio Badrul, que llevaba días peleándose con la pronunciación pero que quería sumarse al momento.
"La descargué en mi teléfono. Es importante cantarla para mostrar a Francia la solidaridad del resto del mundo", dijo a AFP.
Francia volvía a una cancha de fútbol cuatro días después de que tres explosiones a las puertas del Stade de France fueran el arranque de una noche de terror en la capital francesa.
Si Alemania y Bélgica suspendieron sus partidos ante Holanda y España, mantener el de Londres era una cuestión de orgullo para los dos viejos rivales, hoy unidos.
"Soy musulmán, y no apoyo lo que hace Estado Islámico", agregó, explicando que ni se le pasó por la cabeza no venir por temor a que se repita lo que ocurrió en París el viernes.
Sobre la seguridad, Mike Hooper se preguntó: "¿hay algún sitio seguro?". "He seguido a Inglaterra por todo el mundo, así que aquí estoy. El partido de hoy tiene un significado muy diferente. No pueden ganar".
Los franceses que asistieron al encuentro agradecieron la amabilidad de los ingleses.
"Quiero que mis hijos comprueben la solidaridad" de los ingleses, explicó Kamal, un francés que residen en Londres y que trajo a sus hijos Sofía, de 10 años, e Isaac, de 8.