En estos días de problemáticas sociales se me ha dado en pensar lo siguiente, si en algún momento, hipotéticamente, recibiéramos la visita de un hombre de la antigüedad clásica, una de las cosas que más le llamaría la atención de nuestra sociedad actual es, sin duda, la falta de principios morales y virtudes.
Para los griegos de la época de Homero, Areté significaba la capacidad del hombre de poseer virtudes, actuar conforme a estas y está ligada al valor en el combate y a la gloria militar. Ya que los héroes en combate eran tomados como ideales de excelencia o perfección.
Un ejemplo claro de esto es la Ilíada de Homero, donde aparecen infinidades de héroes que pelean por sus ideales, por sus compañeros, por su patria, dan la vida por algo más grande que ellos mismos.
Iliada canto Xl: “Troyanos, licios, dárdanos, que cuerpo a cuerpo combatís, sed hombres, amigos y mostrad vuestro impetuoso valor”.
Creo realmente que si un hombre de la antigüedad, un personaje griego de la Ilíada, nos visitase, se sorprendería de nuestra carencia de virtudes tan importantes como la Areté.
A mi parecer el principal error de la sociedad actual es no aspirar a esa excelencia que los griegos admiraban. Construyendo una falsa moral basada no en virtudes, sino en una libertad absoluta que no admite la aceptación de reglas o normas universales que regulan la libertad (principios y virtudes).
Tendríamos que, como algunos personajes de la Iliada de Homero, obrar en correspondencia a las virtudes sabiéndonos imperfectos, anhelando la perfección.
Ornella Corzo
DNI 43.684.078