El gobernador Alfredo Cornejo dio su segundo discurso de apertura de sesiones ordinarias en la Legislatura, y decenas de militantes radicales, como también férreos sindicalistas opositores, se hicieron presentes en los alrededores del establecimiento.
Fueron pocos de los dos lados. Separados por un fuerte operativo policial, con más de 150 efectivos, se resguardó un lugar de privilegio para los seguidores de la gestión de Cornejo, quienes desde temprano se agolparon sobre la Peatonal, con el acompañamiento también de militantes de Libres del Sur, integrantes del Frente Cambia Mendoza.
De esta manera, el Mandatario tuvo una cálida recepción de sus correligionarios, con bombos, cánticos y bengalas, y logró estar lejos de las críticas de los gremios.
Agrupados en la Intersindical, los gremialistas no sólo no pudieron acceder a la Peatonal, sino que tampoco pudieron montar un escenario en la plaza Independencia por restricción policial, por lo que armaron un improvisado acto en las escalinatas del predio y así pudieron criticar la gestión del radical, quien se ha ocupado continuamente de enfrentarlos desde que asumió y afirmar que "no representan al pueblo".
Las críticas fueron las que ya vienen marcando: un ajuste "implacable", baja del déficit a costa de una reducción de la planta del Estado, inflación, aumento de la desocupación, persecución a sindicalistas, cierre de paritarias y el recuerdo del polémico ítem aula.
Gustavo Correa, de la CTA, criticó el "orden provincial" del cual ha hecho hincapié el Gobernador, y sostuvo que si lo hace es "a costa de pibes que no tienen que comer, a costa de un ítem coercitivo y de persecución a trabajadores (en referencia al ítem aula) y también a costa del cierre de paritarias con la clase trabajadora".
En este sentido, aseguró que su gestión carga con 18.000 nuevos desocupados y un cierre de por lo menos 400 comercios.
Por la misma senda se mantuvo Guillermo Martínez Aguero, de la CTA Autónoma, quien denunció los cierres de los casinos departamentales y el "vaciamiento" del EPAS -con una correspondiente "ola de despidos"- y exigió no sólo la reapertura de paritarias, sino además un aumento del 35% salarial más un sueldo mínimo de base que sea igual a la canasta básica familiar, que según afirmó, "ronda los $22.000".
Desde la Intersindical se "solidarizaron" también con la posible intervención del gremio de Judiciales. Adriana Domínguez, quien ganó las elecciones que fueron anuladas por el Ministerio de Trabajo de la Nación por presuntas irregularidades, manifestó ser una víctima de la persecución del Gobierno nacional y provincial, y adelantó que seguirán con su "resistencia al avasallamiento de nuestros derechos".
Finalmente, Adrián Mateluna, secretario general del SUTE, se encargó de responder a las declaraciones de Cornejo sobre el ítem aula, quien aseguró que "ha sido un éxito rotundo del que habla el país".
"El ítem aula sigue siendo un atentado a los derechos de los trabajadores, quienes deben asistir enfermos a las aulas para no perder parte de su sueldo. Además, no se ha podido implementar en ninguna jurisdicción del país, gracias al trabajo de los gremios", expresó el titular del sindicato docente.
El peronista del otro lado de la valla
Guillermo Carmona, diputado nacional por el Frente para la Victoria (FPV), decidió esta vez no acompañar a sus compañeros de banca Alejandro Abraham y Anabel Fernández Sagasti al recinto de la Legislatura para escuchar el discurso de Cornejo, aunque sí estuvo con los gremios.
El político kirchnerista hizo referencia a la "detención de dirigentes sociales", como el caso de Nélida Rojas, de la Tupac Amaru; más un gobierno que "avanza en el ajuste".
"En Mendoza no hay nada que festejar, por eso decidí estar al lado de los trabajadores, quienes, a un año y medio de gestión, aún no han sido convocados por el gobierno".