Carlos Ciurca. El ex vicegobernador fue durante cuatro años el "cuco" del peronismo. A meses de asumir como segundo de Francisco Pérez, en 2012, armó una línea propia (La Corriente), se erigió como ganador de una interna partidaria y se animó a discutir de igual a igual con el ya fallecido Juan Carlos "el Chueco" Mazzón, líder de los azules.
Se la jugó por Scioli tempranamente y apostó fuerte pero en 2015 perdió todo. Fue el candidato a intendente que todos daban ganador y hoy Las Heras es gobernada por un radical. Scioli, ya se sabe, quedó segundo en el balotaje y con él se fue la esperanza de una sobrevida política y un cargo nacional.
Constante, quiso seguir mandando en el peronismo desde Las Heras, junto a su eterno aliado Rubén Miranda, pero los intendentes que quedaron en pie son casi todos azules y no quieren saber nada con ellos.
Por eso, la lista “oficial” de Somos Mendoza se puso la meta expresa de dejar afuera al ciurquismo: “Con los chicos de La Cámpora podemos hablar, pero con él no, queremos destruirlo”, dijo uno de los líderes del sector que terminó triunfando.
Y lo lograron: la lista de Ciurca, que encabezó Jorge Tanús, sacó sólo el 16% de los votos de Somos Mendoza y quedó tercero en los cuatro distritos, sin posibilidades de que sus candidatos ocupen lugares “entrables” en la lista que competirá en octubre.
Sólo ganó en tres pequeños municipios esa interna (Tupungato, Santa Rosa, La Paz). Hasta en Las Heras, la cuna del ciurquismo, salió tercera.
Jorge Tanús. Es uno de los diputados provinciales del PJ que más combativos se han mostrado con el gobierno de Alfredo Cornejo y encabezó la lista que terminó tercera en la interna peronista.
Él quiso jugarse un desafío personal: salir de la Legislatura para saltar al Congreso. Era una prueba para ver hasta dónde podía llegar. Otras veces ya había amagado pero finalmente había desistido. Ahora quedó claro que está muy lejos de poder encarnar un proyecto provincial.
Como si fuera poco, se peleó con su aliado y amigo de siempre, el intendente de San Martín, Jorge Giménez, que le ganó por paliza el duelo departamental: la lista Nueva Conducción, que apoyaba el intendente, salió primera y la de Tanús, tercera y muy lejos. Esa disputa tendrá consecuencias a futuro: le complicará también entrar en las listas de 2019.
Patricia Fadel. Es la voz peronista en el Senado provincial, crítica de Cornejo y con una vasta experiencia política, que incluye ocho años en el Congreso. Se quedó afuera de la lista oficial por su pelea con el intendente de su terruño, Tunuyán. Tal vez no eran tantas sus ganas de volver al Congreso, pero armó un tándem con Tanús, tan azul como ella, y no pudieron trascender.
Peleada desde hace años con Martín Aveiro, perdió incluso el duelo departamental: su lista quedó segunda y la del intendente, Nueva Conducción, ganó. En dos años deberá penar si desea aparecer en una lista nuevamente.
Jorge Difonso. Inclasificable políticamente (ex PD, ¿ex massista?, parte de Cambia Mendoza), el intendente lleva diez años al frente de San Carlos gracias a alianzas variopintas y elecciones desdobladas.
En esta ocasión, también separó la votación de concejales en su departamento (serán en diciembre y febrero) y fue el único en toda la provincia que apeló a esa estrategia. Tal vez haya olfateado algo y cree que, solo, tiene más posibilidades.
Aunque no arriesgó su territorio, como parte de la coalición oficialista terminó perdiendo en todas las categorías en juego: casi 10 puntos en diputados nacionales (por el aporte de Armagnague) y 14 puntos en senadores y diputados provinciales. Una diferencia demasiado amplia.
Es cierto que Juani Jofré, la cara kirchnerista en la interna de Somos Mendoza, es sancarlino y eso ha pesado, sin dudas.
Pero el concejal Jofré nunca había logrado tantos votos y Unidad Ciudadana sola (sin sus dos rivales de la interna peronista) sacó más votos que la lista oficialista en todas las categorías.
En el Ejecutivo no están nada contentos con el intendente. Saben que “Difonso sólo juega para Difonso”, pero le achacan que no hizo campaña para apoyar a los candidatos de Cambiemos y Cambia Mendoza.
Cuatro intendentes radicales en problemas. Gustavo Soto (Tupungato), Walther Marcolini (General Alvear) y, sobre todo, Jorge Vergara (Malargüe) fueron algunas de las sorpresas en las elecciones de 2015. Ellos les ganaron al peronismo, que gobernaba en sus departamentos desde hacía años, y ayudaron a pintar de rojo y blanco el mapa provincial.
Pero la alegría de aquel momento no duró mucho tiempo. El pasado domingo, todos sufrieron derrotas en sus territorios.
Vergara vio perder a Cambiemos/Cambia Mendoza en los cuatro tramos de la boleta y por una diferencia que parece difícil de remontar de acá a octubre: entre 13 y 16 puntos. La situación económica en el departamento le juega muy en contra al veterano intendente.
Soto, luego de ganar las anteriores legislativas y llegar a la intendencia con mucho apoyo, también vio perder a la boleta completa del oficialismo: por cuatro puntos la nacional, por siete puntos las de legisladores provinciales y por nueve la de concejales.
Aunque en este último caso hay que hacer una salvedad: Cambia Mendoza presentó una sola lista y por el peronismo compitieron en la interna seis nóminas de ediles, que siempre ayudan para sumar votos en las PASO, aunque no necesariamente en octubre se mantendrán dentro del frente Somos Mendoza.
En Alvear, el oficialismo sólo perdió en el tramo de concejales y por apenas 1,5 punto, con un escenario parecido al de Tupungato: hubo dos listas de Cambia Mendoza contra siete del peronista Somos Mendoza.
La cuarta integrante del grupo es Norma Trigo, que fue electa intendenta de Santa Rosa por una gran diferencia en febrero y apenas seis meses después sólo pudo rescatar un triunfo para la lista de diputados nacionales. Pero vio perder por décimas las de legisladores provinciales y por dos puntos la de concejales. Nada que no pueda cambiar de aquí a octubre.
