Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com
"Los gordos no comen vidrio. Saben que convocar a un paro general en un período preelectoral genera más rechazos que adhesiones en la población en general. Es por eso que hay razones estratégicas, políticas y hasta de subsistencia futura para adoptar esa posición de retracción ante el planteo de una medida de fuerza".
Las expresiones corresponden a un veterano ex dirigente sindical, ya retirado en la "profesión", pero con muchas batallas en su espalda como para permitir que su opinión sea escuchada. Frente a la posición de ese sector importante del sindicalismo aparecen aquellos que quieren insistir con el paro y llevarán ese planteo al comité central confederal que está previsto para sesionar a fines de mes en la Capital Federal.
Para poder comprender la situación es necesario establecer lo que ocurre y las posiciones que adoptan los sectores.
Debemos consignar que llevados más por la presión que por convicciones, el triunvirato cegetista decidió realizar una movilización para hacer conocer los reclamos. En esa marcha se produjeron "baches" importantes, como es el caso de que no todos los dirigentes subieron al palco; que varios de los "gordos" no sólo no apoyaron sino que tampoco se acercaron a la concentración; que hubo graves enfrentamientos en las cercanías del palco que obligaron a adelantar el discurso del único orador y que el acto terminara antes del horario previsto para su iniciación, a lo que debe sumarse la utilización de parte de "movimientos sociales" que en los últimos años no han comulgado con el sindicalismo, como es el caso de las agrupaciones que lideran Luis D'Elía o Guillermo Moreno o dirigentes políticos que no han estado cerca del movimiento obrero organizado, como Nicolás Del Caño o el ex ministro Axel Kicillof.
Si bien la convocatoria resultó importante en lo que se refiere a la cantidad de gente, dejó muchos flancos débiles como para lograr el efecto mediático buscado por los organizadores. Pese a esa situación, hay gente dentro de la CGT que insiste en la realización de un plenario general para impulsar un paro de actividades para reclamar por la situación económica y social actual. La máxima reunión está prevista para el 25 del actual y hay sectores que han anticipado su intención de endurecer la posición, como es el caso del camionero Pablo Moyano o del sector que lidera el gastronómico Luis Barrionuevo. Según afirman algunos observadores, Moyano tiene la plena intención de liderar el movimiento obrero en el futuro y para ello ya ha anticipado que debe dejarse de lado el triunvirato actual para establecer una conducción unipersonal y en el caso del gastronómico es conocida su estrategia de presionar, para luego ceder ante algunos beneficios para su gremio.
A ellos se suma un grupo que es liderado por el bancario mendocino Sergio Palazzo, que ha endurecido su posición en los últimos tiempos, especialmente luego de la asunción de Mauricio Macri al gobierno. Debe consignarse que Palazzo ha hecho explícito su acercamiento "político" a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Los "gordos"
Frente a los planteos señalados aparecen los "gordos", integrados por gremios poderosos en cantidad de afiliados, muchos de ellos con una larga trayectoria como dirigentes en la conducción de sus sindicatos.
Entre otros, podemos mencionar a Comercio, que nuclea a más de 400 mil afiliados; construcción (más de 200 mil), estatales de UPCN (más de 200 mil), alimentación (189 mil), Sanidad (187 mil), mecánicos (89 mil), Luz y Fuerza (75 mil) y ahora habría que incluir a la UOM, luego de los planteos realizados en los últimos tiempos.
En una posición similar -de no impulsar un paro- se encuentran los colectiveros de UTA, los ferrroviarios de La Fraternidad y el denominado Movimiento de Acción Sindical, que lidera el taxista Omar Viviani.
Al decir del ex dirigente sindical consultado, uno de los principales motivos de las diferencias es político. "Jugar fuerte con el anuncio de un paro a pocos días de las elecciones es hacerle el caldo gordo al kirchnerismo", dijo, agregando que "todos sabemos que quien más dividió al movimiento obrero y le quitó poder fue la denominada década ganada". Aseguró en ese plano que "si a los compañeros le dan a elegir, no caben dudas de que prefieren jugar a favor del peronismo tradicional, que en este momento expresa la Liga de Gobernadores".
Destacó que "impulsar un paro en un momento en que las encuestas le dan bien al Gobierno es ir en contra de lo que piensa la gente" y coincidió con las afirmaciones del titular de UPCN, Andrés Rodríguez, quien destacó que "en el actual contexto no es el momento de hacer un paro. Eso no significa resignar la lucha ni deshacerse de los reclamos en la agenda de los trabajadores".
Sin embargo, si nos atenemos a la realidad, no quedan dudas de que otro de los factores es la subsistencia -financiera- de las entidades sindicales. Sucede que el Gobierno tiene la intención de impulsar un proyecto que modificaría los aportes a las obras sociales de los sindicatos, que actualmente está conformada por el 3% que aportan los trabajadores y el 9% de parte de los empleadores. Un grupo importante de los "gordos" se reunió con el ministro de Trabajo, Jorge Triacca, a quien le plantearon la inquietud, asegurando que "todos sabemos que el financiamiento de las obras sociales es la pelea que tenemos que dar. De lo contrario los trabajadores se van a quedar sin cobertura social y van a tener que recurrir a una prepaga", dijo uno de los asistentes a la reunión.
No falta mucho, prácticamente 15 días, para la realización del confederal que deberá decidir sobre los pasos futuros de la CGT nacional. Con toda seguridad habrá planteos duros y discursos altisonantes, pero también es sabido que para que una medida de fuerza, como un paro de actividades, tenga éxito hace falta unanimidad de criterios entre todas las organizaciones. De lo contrario el paro estaría destinado al fracaso. Esa unanimidad aún no se ha alcanzado y, por el contrario, hay jugadas paralelas que permiten anticipar que no se logrará en el corto periodo de plazo que queda hasta el plenario.