Los goles que no hacés en el arco contrario...

...te los hacen en el propio. A pesar de la derrota ante Sportivo Belgrano, el Azul mostró sus credenciales de protagonista al ascenso. Pero debe trabajar en la definición.

Los goles que no hacés en el arco contrario...
Los goles que no hacés en el arco contrario...

Nueve mil personas presenciaron en la ventosa tarde de San Francisco, Córdoba, el dominio casi absoluto de un Independiente Rivadavia que salió desde el primer minuto a comerse a su rival. Nadie lo negó, ni antes, ni durante, ni después. El Azul contó con la tenencia de la pelota, se paró de guapo en campo rival y generó las acciones más claras ante un Sportivo Belgrano que hizo de "visitante" en su propio estadio.

Pero claro, eso no es suficiente para ganar un partido por el simple hecho de que el triunfo se construye a base de goles. Y de una buena cuota de picardía. La que tuvo el Verde para quedarse con tres unidades tan inmerecidas como indiscutibles tras el 2-1 final.

El tema es que la Lepra pecó de inocente de tres cuartos de cancha hacia adelante. Nunca supo cómo traducir al idioma del gol todo lo que estaba generando desde el círculo central. Hubo triangulaciones, asociaciones en la línea de volantes e intentos varios, aunque insistentemente careció de resolución. Sportivo no. Fue más pícaro, inteligente, o como prefiera llamarle.

Sabiéndose en desventaja territorial y con el insoportable viento en contra, el elenco de Ramacciotti aprovechó la altura y la testa de César Carignano, quien estampó el 1-0 en el mejor momento azul. Una de esas piñas que te dejan mareado y confundido cuando aún tenés varios rounds por delante.

Así y todo, el "Negro" Ricardo Rodríguez siguió apostando a ganador a lo largo de todo el segundo período. Adelantó el esquema (de un 4-4-2 a 3-4-3) con cambios decididamente ofensivos y puso la pelota bajo la suela de los creadores. Sin embargo (y que valga la redundancia), todas las intentonas mendocinas iban a parar a los carteles publicitarios o a las manos del bueno de Juan Cruz Leguizamón, el mejor amigo de Leo Messi.

Después habría tiempo para el golazo de Francia, un distinto que se calzó el traje de figura estampando el 2-0 cuando nadie se lo veía venir. Independiente, ahogado en su propio mar de falencias, iría por la heroica, pero el reloj ya no estaría de su lado.

De penal, el implacable Walter García le pondría suspenso al cierre después de una buena jugada del paraguayo Castorino, quien hizo su debut absoluto con la pilcha azul. Y ahí estaba el juez Ariel Penel, con el silbato en la boca, amenazando con soplarlo y decretar una derrota extraña, difícil de explicar, pero tan cierta como definitiva. Y el pito sonó cual amarga melodía.

En resumen, Independiente no jugó mal, de hecho lo hizo bien. Generó, propuso y quiso. El asunto es que se topó con sus propios errores y le permitió al rival de turno llevarse el premio mayor, en una remake de lo que fue el mismo duelo de agosto de 2013 (1-0).

Rodríguez no debe ni tiene que cambiar el estilo, la manera, el espíritu de juego que pregona. Al contrario, en un fútbol tan mezquino estos esquemas verticales hay que destacarlos y profundizarlos. Eso sí, trabajando lo que no se hace en el área adversaria porque, en definitiva, los goles que no se hacen en un arco te los hacen en el propio.

El Azul tiene la mente puesta en Atlético Tucumán

Finalmente el viaje de regreso desde la provincia de Córdoba finalizó cerca del medio día de ayer y no en la madrugada como estaba previsto desde un principio.

Lejos de tener descanso y teniendo en cuenta la proximidad del choque ante los tucumanos, ayer por la tarde el plantel se movió en el estadio Bautista Gargantini. Los que fueron titulares realizaron ejercicios regenerativos, mientras que los que no jugaron y tampoco viajaron realizaron pasadas.

Al parecer, Ricardo Rodríguez podrá contar con Ariel Agüero para el compromiso ante el Decano Tucumano. Ayer el defensor corrió a la par de sus compañeros y seguramente entre hoy y mañana será probado para ver si llega al viernes a las 21, horario programado para el encuentro.

Al otro que se lo vio enchufado junto a sus compañeros fue Ezequiel Pérez, completamente recuperado. El único que estuvo realizando trabajos diferenciados es Abel Peralta, que padece un edema óseo.

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