Lo sucedido en Misiones, donde el gobernador de esa provincia, Maurice Closs, destinó una suma de 830 mil pesos para juntar 200 mil seguidores en Facebook y sumar clics en la web, podría ingresar en el libro de récords de los gastos insólitos e inútiles por parte de un mandatario provincial. La cifra podría ser considerada insignificante como para hablar de corrupción, más aún cuando Closs forma parte de una de las familias más adineradas, pero resulta más que importante si nos atenemos a los numerosos problemas por los que atraviesa financieramente la provincia.
Misiones es una de las provincias más pequeñas del país. La segunda, después de Tucumán y cuenta con una belleza natural inigualable, liderada por las Cataratas del Iguazú, que se encuentran entre las siete maravillas naturales del mundo. El ingreso de dólares por turismo es impresionante. Se calcula que recibe casi dos millones de visitantes por año, en su gran mayoría provenientes del exterior y con alto poder adquisitivo.
De allí que resulte inaceptable e incomprensible la "explicación" a la que atinó el gobernador al señalar que esos 830 mil pesos constituían "la forma más barata y más efectiva de hacer publicidad" sobre la provincia y que se trataba de una "promoción viralizada" para atraer turistas, agregando entonces que continuará con esa iniciativa en razón de que "nos va bien a los misioneros".
El gran problema de Misiones se centra en la mala distribución de los ingresos. Cuenta con un porcentaje de población, el mínimo, con altos ingresos y la gran mayoría de la población por debajo de la línea de pobreza. Hay pueblos distribuidos en la selva sin las mínimas condiciones de habitabilidad, sin servicios y hasta sin posibilidades de acceder a la salud o la educación. Hasta esos lugares no llega la mano del Estado y son permanentes las denuncias sobre los problemas que deben afrontar los pobladores de ascendencia indígena.
Mientras ello sucede, en Misiones se ha privatizado la explotación del Parque Nacional Iguazú (el único del país en esa situación), que es administrado por una UTE conformada por varias empresas locales, una de ellas Petrovalle, propiedad de la familia de Maurice Closs. La empresa también es propietaria de un hotel que se encuentra dentro del predio del parque, donde se desarrolló un campeonato de pesas y que recibió un "subsidio" de 221 mil pesos para promover el torneo.
Ese tipo de gastos es aún más incomprensible si tenemos en cuenta que en diciembre pasado el propio gobernador admitió que debió pedir asistencia financiera al Estado nacional para el pago del aguinaldo a los trabajadores oficiales, indicando que a la provincia le resulta inviable hacer frente a a dicho pago.
Para hacer más inconcebible la situación, sólo cabría tener en cuenta lo señalado por un ex gobernador de esa provincia, Ricardo Barrios Arrechea, quien manifestó que el 40% de los empleados administrativos del Estado percibe salarios en negro, pero que no hacen la denuncia para no perder el empleo, mientras los únicos que perciben el 82% de la jubilación, de acuerdo con la ley provincial, son los legisladores, magistrados del Poder Judicial, intendentes y ediles, "en un régimen de privilegio inadmisible".
Maurice Closs no es un improvisado en el mundo de la política. Formó parte de la juventud de la Unión Cívica Radical y realizó una carrera importante, llegando a convertirse en el senador nacional más joven del país. Éste es su segundo mandato al frente de la gobernación, a través del partido de la Concordia Social, superando el 65% de los votos emitidos y durante su gestión se rodeó también de dirigentes del kirchnerismo, lo que lo ha convertido en un aliado del Gobierno nacional.
La derivación de fondos del Estado hacia actividades inútiles e incomprensibles, en una provincia que atraviesa una situación social y financiera más que complicada, aparece entonces como una actitud equivocada e incoherente y que debe ser modificada de manera inmediata.
