Los Gandolfo son una parte importante en la historia de las pesas de Mendoza y del país. Esa es una posta que se ha ido pasando de generación en generación entre sus integrantes como parte de un patrimonio familiar.
Una herencia inevitable y que mucho tiene que ver con la pasión. Primero fue el abuelo José, después su hijo y finalmente ese pedazo de historia quedó en manos de Marcelo Gandolfo, uno de los mejores pesistas de nuestro país. El Pato fue medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, en aquel brillante equipo olímpico que dirigía Horacio Anselmi.
El que también integraban personajes de la talla de Darío Lecman, Gabriel Lemme, Gustavo Majauskas, Mauricio Rodríguez. Marcó todo un hito en esos días, ya que es el único pesista mendocino que compitió en los Juegos Olímpicos (Atlanta 1996). Luego, el primero de noviembre de 1997, en el Campeonato Absoluto celebrado en Mendoza, Gandolfo se consagró como el mejor del año de nuestro país en el torneo disputado en el Club de la Universidad Maza.
Aquella noche el popular Pato se cargó sobre sus espaldas 135 kg en arranque y 170 kg en envión.