Desde su descubrimiento, se construyeron en Brasil fuertes militares con el objetivo de proteger a las ciudades de las invasiones enemigas. 500 años después, muchas de esas construcciones no sólo se mantienen en pie, si no que albergan grandes legados de la cultura brasileña alrededor de sus largas costas. La mayoría permiten tours en su interior para mostrar como era la vida en tiempos de la conquista. Sin embargo en Salvador, quieren aggiornarlos y hacerlos más atractivos para todo tipo de público.
Es así que dos de los fuertes más importantes de la ciudad, el de Santa María y São Diogo, reinauguraron al público con una nueva función: albergar la cultura local. Totalmente reformados, se han convertido en centros ilustrativos de la capital bahiana que van a alojar exposiciones con obras del artista plástico Carybé y del fotógrafo Pierre Verger, respectivamente.
Se trata de un ambicioso proyecto de recalificación urbana con el objetivo de promover en el barrio de Barra un movimiento cultural en torno al arte, la historia, el entrenamiento, el turismo y las empresas locales para impulsar la economía regional.
Para llevar a cabo estas mejoras, el Municipio de Salvador inyectó capital a la Secretaria Municipal de Cultura y Turismo (SECULT), que invirtió más de 5 millones de reales en la reestructuración de los fuertes y la implementación de las exposiciones de insignia local.
Además de las colecciones permanentes de estos artistas, los nuevos centros contarán con exposiciones temporales y eventos ocasionales. Ambos incorporan toda la tecnología disponible en el mercado, con ingenios como gafas de realidad virtual, tótems interactivos y pantallas táctiles que promueven la participación de los visitantes.
Por las noches, las imágenes de la colecciones se proyectan con una técnica de video mapping en las fachadas de ambos edificios. Para completar el recorrido, también se puede conocer la historia de los 20 fuertes existentes en Salvador, uno de los principales sistemas de defensa de la capital colonial de Brasil.
Sobre las exposiciones
Héctor Julio Páride Bernabó, más conocido como Carybé, fue un artista argentino que se estableció en Brasil. Apenas aterrizó en este país se enamoró de Bahía, tierra de la que retrató su rica cultura y tradiciones religiosas místicas. Su obra siempre se remarcó por colores vibrantes y mensajes de respeto a la diversidad cultural y la celebración de la vida.
El Espacio Carybé de Artes, Forte de São Diogo, es un centro tecnológico de referencia sobre la vida y obra del artista. A través de todo tipo de recursos de altísima tecnología, el espectador puede disfrutar de la grandeza plástica del pintor, incluso, en realidad virtual.
Hay atractivos como los dibujos que se proyectan en las paredes del fuerte o la creación virtual de personajes del artista diseñados en 3D. Éstos toman vida propia mediante un programa de software que utiliza la kinética y permite que los protagonistas repliquen todos los movimientos de quien se ubique delante del monitor.
Por su parte, el espacio Pierre Verger de Fotografía Bahiana, en el Fuerte de Santa Maria, es un proyecto que destaca el trabajo de Verger y otros 56 fotógrafos en torno a la cultura de la zona. La exposición permanente se divide en seis ejes que reflejan la vida local en manos del artista: retratos, paisajes urbanos, la cultura afro-brasileña y otras escenas cotidianas como la práctica de Capoeira o el Carnaval.
La otra parte está dedicada a ensayos fotográficos contemporáneos que muestran la vanguardia de la escena fotográfica actual. Aquí se da a conocer la obra de artistas nacientes, se ofrece un espacio de desarrollo tecnológico alrededor del arte y mensualmente se presentan exposiciones que se inician en el patio interno del fuerte, lo que permite que sean visitadas por todo el público de la zona -bañistas, turistas, aficionados, etc.-.
Pierre Edouard Léopold Verger (1902-1996) fue un fotógrafo, antropólogo e investigador francés que vivió gran parte de su vida en la ciudad de Salvador de Bahía. Allí desarrolló una obra fotográfica de gran importancia basada en la vida cotidiana y la cultura popular. En 1988 él mismo creó la Fundación Pierre Verger (FPV), convirtió su propia casa en sede y, tras su muerte, dejó al pueblo el legado de su trabajo.
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