El kirchnerismo fracasó ayer en su intento de que el Partido Justicialista (PJ), en su primer congreso nacional post derrota luego de más de doce años de gobierno, respaldara su propuesta de rechazo por parte de sus bloques legislativos a la “Ley cerrojo” para alcanzar un acuerdo con los fondos buitres en los términos en los que lo pretende el Gobierno nacional.
Aunque sin hacer moción del asunto ante los 662 congresales sobre un total de 942 (hay que restar los 86 cordobeses con “mandato vencido”), el planteo inicial lo hizo el intendente Berazategui, Patricio Mussi, seguido de su par de Avellaneda, Jorge Ferraresi, ambos de la joven generación política peronista. Detrás se prendieron luego los no tan noveles Oscar Parrilli y el jefe del bloque de Diputados del FpV, Héctor Recalde.
Desde la vereda de enfrente, el jefe de los senadores del FpV, Miguel Pichetto, clamó porque “no le bajen línea” y defendió un acuerdo “político institucional” con la Casa Rosada en función de las necesidades presupuestarias de los gobernadores del PJ.
Por lo demás, el Congreso Nacional del PJ ratificó los comicios partidarios para el próximo 8 de mayo, definió la conformación de la junta electoral y coincidió en avanzar en una lista de unidad a pesar de la difícil convivencia interna.
Si bien no se mencionaron nombres, el sanjuanino José Luis Gioja sigue fuerte como candidato a presidente del PJ para aunar tras la dispersión de la derrota, aunque hasta el 8 de abril, fecha límite para presentar listas, habrá tiempo para las negociaciones.
La Junta Electoral, que no tendrá finalmente representantes de La Cámpora, estará conformada por el ex gobernador Celso Jaque y Mauricio Mazzón entre otros dirigentes.
No prosperó una propuesta del ex gobernador de Jujuy Eduardo Fellner para colocar en el orden del día el tratamiento de la propuesta de modificación de la Carta Orgánica del partido, a fin de reemplazar el voto directo de afiliados por el voto indirecto de los congresales para definir autoridades.
Fellner intentó aprobar la moción a mano alzada, sin abrir el debate, pero el ex ministro Agustín Rossi demandó que la ejecución de esa medida sería “un retroceso” y “un error” que daría por tierra con “una de las reformas más importantes y democráticas” en la era del peronismo posdictadura.
“Sería la reforma más vergonzosa de la historia del peronismo. No quiero que se vuelva a la etapa cuando se elegía (a las autoridades partidarias) por sobre la voluntad de los afiliados”, enfatizó.
El pedido fue ratificado por Pichetto, quien tildó la propuesta de “estéril”, por lo que finalmente Fellner cedió y acordó postergar la discusión para otra ocasión.
“Pedimos a nuestros diputados y senadores que ante cualquier negociación de la deuda externa pendiente con los fondos buitres no se aparten de esas consignas que se plantearon en el canje de aquella oportunidad. No puede ser que nosotros, por un resultado electoral levemente adverso, bajemos nuestras convicciones y principios”, reclamó Parrilli.
Enseguida, Pichetto dejó sentado que su posición era la de acompañar las negociaciones que el Gobierno intenta llevar adelante con los holdouts. “Vamos a trabajar con total libertad. Acá nadie baja línea. Hay muchos gobernadores e intendentes por los que tenemos que velar para que puedan gobernar”.
La respuesta fue la reprobación de la mayoría de los presentes. Por aclamación, finalmente, la mayoría de los congresales tomaron partido por cerrar el paso al endeudamiento con los fondos buitres que pretende el Gobierno.