Todo estaba preparado para su llegada. Globos blancos y amarillos indicaban el camino entre los viñedos. Un altarcito con flores y racimos de uva la esperaba, con la cordillera de fondo. Y puñados de papelitos donde los viñadores, empleados, capataces y funcionarios de esa bodega habían escrito las peticiones y agradecimientos que querían dejar en los brazos de su Patrona.
Con escenas de bienvenida como ésta -llenas de afecto y veneración- se encontró la imagen de la Virgen de la Carrodilla en su segundo día de procesión por el Valle de Uco.
Ayer recorrió un gran número de fincas, capillas y bodegas de Tupungato y del oeste de Tunuyán. Sin embargo, no pudo presidir los actos oficiales que habían sido programados para la tarde noche en el centro tunuyanino, ya que fueron suspendidos por los graves daños que dejó la tormenta del lunes a la noche.
Sucede que, después de 8 años, la imagen de la Madre volvió a salir por los departamentos para peregrinar más cerca de sus hijos vendimiadores y terminar el recorrido con la Bendición Nacional de los Frutos, este domingo, en San Carlos. La actual gestión provincial retomó esta vieja propuesta y este año eligió la región del Valle de Uco como escenario del itinerario religioso.
Así, la imagen de María salió el 22 de febrero de la parroquia de la Carrodilla, en Luján de Cuyo y -tras recorrer ese departamento, Tupungato, Tunuyán y San Carlos, llegará a la iglesia de Eugenio Bustos, donde esperará hasta el domingo, cuando presidirá los actos centrales de la Bendición en el anfiteatro Neyú Mapu.
El típico Himno a la Virgen de la Carrodilla sonó entre los viñedos, ubicados sobre la ruta 89, más conocida como el Camino del Vino. Mauricio y Dante, que estaban limpiando los surcos bajo el sol del mediodía, se acercaron al sendero por donde ingresaba el unimog de Gendarmería. Allí se quedaron en respetuoso silencio, para saludar a su 'madrecita'.
"La Virgen de la Carrodilla quiere salir al encuentro de sus hijos, ofrecernos su cariño de madre, decirnos que no estamos solos", expresó el padre Francisco Bernardi, minutos antes de bendecir con agua los viñedos, la bodega y la gente que allí trabaja. El cura es de la Pastoral de Turismo de la Iglesia de Mendoza y viaja con un grupo de fieles que lo ayudan a coordinar las pequeñas celebraciones en cada sitio. Después de compartir el Evangelio y una pequeña oración, los integrantes de esta particular comitiva reparten estampas de la Virgen y colocan una urna, donde los visitados van dejando sus peticiones.
"Gracias, por acercar a la Virgen a nuestro lugar de trabajo, le pedimos que lo bendiga y lo proteja. Aquí nos esforzamos todos los días para llevar el pan a nuestras familias", dijo Ariel Embiglio, gerente general de la bodega Domain Bousquet, al final de la oración comunitaria.
Julio Gárate se acercó emocionado a besar los pies de la imagen de la Virgen. Hace seis años, cuando empezaba a estudiar la tecnicatura en Agronomía, se arrimó a la parroquia para pedirle que pudiera hallar trabajo en una bodega. Ayer, le agradecía el tener el empleo y la pasión intacta. Él trabaja en Logística, mientras que su mujer Griselda lo hace en el área de etiquetado.
Ayer temprano, la imagen religiosa había sido homenajeada con un acto pleno de danzas y cantos frente a la explanada municipal de Tupungato. Minutos después fue recibida por la familia Coletto en su bodeguita artesanal, de calle Liniers. "Es un gran honor que la Madre pase por aquí, justo cuando cumplimos 20 años de labor", dijo emocionada Elena Fossati de Coletto.
"Los recibimientos e historias han sido tantos como lugares hemos visitado", confesó el cura Bernardi. La tradicional familia Giaquinta de Tupungato, los esperó con una gran fiesta en la capilla que tienen en su bodega. En algunos sitios participaron los viñadores, que reiteraron sus reclamos. En otros puntos, se sumó la comunidad del lugar. Y en otros, la oración fue en la intimidad de la familia.
Y hasta hubo sitios donde le atribuyeron milagros a la Virgen de la Carrodilla. "En la finca Valle Escondido, dos personas se habían caído a las piletas de uva y, tras invocar a la Patrona, lograron sacarlos con vida", contó el sacerdote.