Aunque no podrá sostenerse que hubo tranquilidad total en los festejos de Año Nuevo en el Gran Mendoza, tampoco se puede afirmar que fue un caos lo ocurrido en los hogares, las calles y otros sitios de la vida pública con motivo de la celebración.
Uno de los datos difundidos por los ministerios de Seguridad y Salud fue que en los siniestros viales no hubo que lamentar fallecimientos pero sí 58 personas heridas, algunas de gravedad, en distintas circunstancias por colisiones y vuelcos de automotores; número alentador si se lo compara con los 74 del año anterior.
Las autoridades creen que los controles en calles y rutas, especialmente los de alcoholemia, con unos 35 operativos en diferentes puntos, contribuyeron en parte a bajar las cifra de siniestros fatales.
De todos modos, los jefes de la Policía Vial provincial no ocultaron su preocupación con el elevado número de infracciones por conducir en estado de ebriedad o con más alcohol de la cuenta en sangre, que dejó 2014: 2.440 fueron las sanciones aplicadas por esa causa, mientras que el período anterior la marca había llegado a 2.331.
En cuanto a los decesos, durante la jornada de ayer se registraron dos. El primero fue un joven que perdió la vida por la mañana, horas después de llegar al hospital de Alvear, y la segunda fue una mujer que falleció tras ser baleada en el barrio San Martín de Capital. En tanto, los heridos por disparos de arma de fuego llegaron a 10, contra 8 que se produjeron al arrancar 2014.
Uno de los episodios de una víctima por ataque de bala repercutió en el hospital Central, hasta donde fue llevado en la madrugada por una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado el joven Cristian Carramuño, del barrio La Favorita.
Su padrastro, Jorge, y un amigo, Fernando, contaron en la guardia que el muchacho fue abordado en ese conglomerado urbano y llevado por la fuerza a una zona de descampado, donde le dispararon en la cabeza. La bala, dijeron sus allegados, penetró detrás de una de sus orejas. Cerca del mediodía de la víspera era intervenido quirúrgicamente.
"Está grave, agradecemos el esfuerzo de los médicos, pero su estado es delicado y no sabemos cómo va a quedar; ahora (por el mediodía de ayer) está en terapia intensiva", agregó Jorge.
El hombre afirmó no saber, al igual que Liliana Rivas, su compañera y madre de Cristian, las razones de la agresión, aunque trascendió que es la segunda vez que la víctima es atacada con arma de fuego.
Por otra parte, los heridos por arma blanca sumaron 15, un número mayor a lo que había acontecido en idénticas circunstancias del año pasado, en que estos hechos fueron 8. Un ítem que se destacó en los informes fueron incidentes sociales y domésticos que derivaron en personas lesionadas, cuyo número arribó a los 158 casos.
La preocupante pirotecnia, con mucha campaña en su contra, dejó secuelas en 21 personas, la mayoría mayores de edad, 6 menos que los 27 acaecidos en 2014. También disminuyó la cantidad de quemados, de 9 que se registraron este año contra los 18 del año pasado.
En este capítulo de los fuegos de artificio y el estallido de elementos con pólvora dio algún tipo de resultado la reiterada prédica de asociaciones ecologistas y vecinales para que se disminuyera su uso, en atención a la afectación que producen sobre personas mayores, niños y animales domésticos.
El titular del Registro Provincial de Armas, Gabriel Garnica, reveló que en los controles se habían decomisado 1.615 kilogramos de pirotecnia, una cantidad similar a la del año pasado. Reconoció que se mantuvo la venta clandestina "de última hora", y en pocas horas los inspectores decomisaron 270 kilos de estos elementos en el radio céntrico.
Tensión en el Lagomaggiore
Las guardias de los hospitales son lugares de mucha tensión y a diario se viven situaciones difíciles, mucho más en ocasiones de festejos populares, como el de la víspera.
Eso ocurrió precisamente en el Luis Lagomaggiore, alrededor de las 10.10, cuando los médicos y enfermeros atendían en diversos frentes, a pacientes por indisposiciones digestivas, exceso de alcohol o con heridas de distinta procedencia.
En ese momento arribó un auto particular y del coche bajó un joven, muy golpeado y casi a ciegas porque le habían arrojado gas pimienta en sus ojos. Lo llevó hasta allí un particular que abrió de un empujón la doble puerta de la guardia y reclamó a viva voz atención para el herido, a pesar de que no lo conocía.
Quien transportó a la víctima fue Matías (31), un vecino del barrio San Martín. Antes de retirarse contó que sintió desde la ventana de su dormitorio cómo 3 ó 4 individuos maltrataban al joven y se arriesgó a salir en su defensa. No solo ahuyentó a los atacantes sino que cargó al damnificado en su auto y lo trasladó al nosocomio, para retirarse después de haber cumplido el trámite.
Como remate de esa parte de la mañana, enseguida llegó al mismo punto un ómnibus de la línea 3, con el pasaje a bordo. Una de las usuarias sufrió una fuerte descompostura mientras viajaba en la unidad, y se quejaba de fuertes dolores abdominales. El chofer dispuso llevar a la afectada en el transporte al centro médico y varió el recorrido.
Estas y otras emergencias fueron resueltas por los profesionales de guardia, para quienes la resaca de las Fiestas no existe ya que necesitan de todos sus sentidos.
Se indicó que la jornada del año nuevo había sido complicada, pero se pudo resolver, como seguramente ocurrió en el resto de los nosocomios provinciales.