El punto neurálgico de Mendoza, una vez más, se volvió a vestir de celeste y blanco. Familias, chicos y mascotas se pusieron la camiseta de la selección y fueron a festejar el triunfo.
Pero los festejos no fueron sólo para mendocinos, ya que varios turistas vieron el partido en bares de la peatonal y luego salieron a festejar.
No tardaron en llegar los bombos y redoblantes y así los cantos fueron cada vez más fluidos.
Ya con el pasaje a Octavos de Final firmado, el próximo miércoles el kilómetro cero volverá a ser el punto elegido para festejar, ojalá que esto se repita hasta el 13 de julio…