"Le dimos todo", la frase que suena en cada pasillo de la AFA, en clara referencia al DT de la Selección, Jorge Sampaoli. Según la dirigencia, el entrenador contó, hasta aquí, con todos los recursos que solicitó de cara al Mundial.
Más allá de los 7 millones de dólares al año en materia de sueldo, según el contrato hasta Catar 2022, se le dieron "todas las herramientas". Además de darle el gusto con el cuerpo técnico extra large que formó.
En el sitio web de la AFA, el boletín del Comité Ejecutivo N° 5483 del 17 de mayo, detalla que la entidad madre del fútbol adquirió, a pedido del cuerpo técnico, "6 cámaras 4k, un domo 360 grados y 3 cámaras 4k fijas; 1 televisor LED curvo de 55 pulgadas, 3 iMac de escritorio de 26 pulgadas; 3 MacBook Pro retina de 15 pulgadas y una filmadora semi pro 4 k".
El proyecto Sampaoli implicaba el seguimiento desde cerca de los posibles convocados y las visitas cara a cara para explicarles qué pretendía de ellos. En ese tren, más allá de las ventanas por Eliminatorias o fecha FIFA, el entrenador, de 58 años, emprendió tres giras, con foco en el continente europeo. En las mismas fue acompañado por una, dos o tres personas de su cuerpo técnico.
La primera comenzó hace casi un año: el 6 de julio de 2017 y finalizó el 15 de agosto. Se entrevistó con 31 futbolistas en ocho ciudades diferentes (Rosario, Buenos Aires, París, Milán, Londres, Barcelona, Sevilla y Madrid). El mismo procedimiento repitió en enero de 2018 y, por último, entre el 20 de abril y el 5 de mayo, en el umbral de entregar la preselección de 35 futbolistas para el Mundial.
El punto es el costo de las excursiones: en todos los casos, la comitiva viajó en clase ejecutiva, se alojó en hoteles 5 estrellas y abonó los gastos con una tarjeta corporativa de la AFA. Con la luna de miel en ciernes, de cada reunión hubo testimonio fotográfico, que fue difundido por las redes sociales de la Selección.
Sampaoli y su cuerpo técnico gastaron alrededor de 50.000 dólares por viaje, según un cálculo extraoficial.
La cúpula dirigencial entiende que resultó un gasto y no una inversión, con los resultados a la vista. Que el esfuerzo económico para costear los encuentros, en muchos casos, resultó innecesario y que los contactos se podrían haber llevado a cabo, por ejemplo, por teleconferencia.
Es por eso que una de las cartas que Tapia exhibirá en la reunión con Sampaoli es que, si persiste en la posición de no abandonar el banco de suplentes, deberá ajustarse el cinturón y el presupuesto de cara a la Copa América de Brasil 2019 será mucho más austero.
Una manera de marcarle la cancha, de "amonestarlo" por el pobre rendimiento. Bastante lejos de la bonanza de los inicios cuando, por ejemplo, para la primera tanda de amistosos ante Brasil (en Australia) y contra Singapur, solicitó y subió al avión a dos chefs.