La hospitalidad de un bar -de esos que están siempre abiertos- y la compañía de una (o unas cuantas) cervezas. El hall principal de un hostel y el televisor a todo volumen. O, por qué no, la predisposición de uno que ofreció su casa para hacerla “completita” y agregarle menú tradicional al partido.
Extranjeros que viven en Mendoza o que están ocasionalmente en estas tierras se las ingenian y se organizan de la mejor forma posible para vivir los partidos que disputan sus selecciones en el Mundial de Brasil, llegando incluso en muchos casos a conocer compatriotas y compartir gritos de gol y algo más.
“No estamos ni en Chile ni en Brasil, pero es como si estuviéramos en los dos lados a la vez. Verlo entre nosotros, todos en un mismo bar, nos hace sentir que estamos más cerca de los jugadores y disfrutamos de sentir que somos locales”, contó Andrés Rodríguez, un chileno que hace años vive en Mendoza y que en ocasión del Mundial creó el grupo Marea Roja, en Facebook.
Desde ese perfil fue contactando a los chilenos que viven en Mendoza y ya logró darle vida a una verdadera 'marea roja' que invade la Arístides cada vez que la selección trasandina sale a las canchas brasileñas.
“Todos los partidos los vemos en el bar Punto G y ya se ha transformado en una cábala. Lo bueno es que muchos chilenos que están acá no se habían visto jamás y gracias a los partidos intercambian celulares, Facebook y se hacen amigos”, continuó el fanático de la Roja, quien celebró con los triunfos sobre Australia y España y sufrió con la derrota contra Holanda.
No obstante, él y el centenar de chilenos que ya han vivido intensamente la primera ronda del equipo de Sampaoli en las mesas del mencionado bar ya están con todas las expectativas y la ansiedad puestas en el cruce de octavos de final, justamente contra la anfitriona selección de Brasil.
“Va a ser duro. Pero la verdad es que le tenemos más miedo a la FIFA que a Brasil en sí. Porque venimos jugando bien, pero nadie quiere que el país organizador se quede afuera”, destacó con cautela el chileno.
En los bares, esta postal se repite a diario. En el Believe Irish Pub de Calle Colón, por ejemplo, es un clásico que mientras se juegue algún partido partido haya al menos un turista que haya llegado de alguno de esos países consumiendo. Y sin despegar la cara y los nervios de alguno de los televisores que hay en el lugar.
“Cuando juegan las selecciones europeas, siempre hay gente de esos países viendo a su equipo en el bar. Ayer (por el lunes) había algunos holandeses viendo a su selección contra Chile y después cayeron unos mexicanos para ver el partido contra Croacia. También vienen muchos estadounidenses a ver los partidos que juega su selección”, contó Gonzalo Rodríguez, dueño del pub.
Asimismo, la rivalidad que puede existir tradicionalmente entre países también se traslada al fútbol. Quizás por esto es que, tal y como destacó Gonzalo, no sorprende ver en el bar a canadienses viendo los partidos de Estados Unidos y haciendo las veces de hinchas del rival de sus vecinos norteamericanos, sea cual sea la selección.
“Para Portugal - Estados Unidos se llenó el bar. Había muchos estadounidenses, pero algunos que le hacían el aguante a Portugal y no necesariamente eran portugueses. De Europa, los que más gente meten son los alemanes y holandeses, y encima son dos de los países que siguen en la Copa. También hay muchos turistas que vienen con los colores de Argentina cuando juega nuestra selección. Y se pintan las caras de celeste y blanco o vienen con la camiseta de Messi”, continuó el comerciante.
En casa también
La salida en grupo a los bares es una de las excusas perfectas que encuentran los extranjeros en Mendoza para combinar dos pasiones: la de alentar a su selección y la de socializar y compartir un momento entre amigos. No obstante, no es la única.
Carlos Ahumada (o Caíto) es mendocino, profesor de portugués y junto a Solange son parte de la unión de colectividades brasileñas en Mendoza. A diferencia de otros grupos, ellos se inclinaron por juntadas en una casa, complementadas por platos y bebidas tradicionales.
“No nos hemos juntado para todos los partidos de Brasil. Pero para la inauguración y el debut hicimos una reunión en casa con feijoada y caipirinha. Veremos ahora que empiezan los octavos y Brasil está jugando bien”, destacó Caíto, quien resaltó que en el grupo estable son unas 15 personas y que periódicamente se reúnen, haya o no haya Mundial.