Que Jorge Damián Pinelli -quien falleció junto a 14 personas, la mayoría niños, niñas y adolescentes de entre cinco y 15 años- haya perdido el dominio del colectivo que conducía al punto de volcar en plena ruta, no es para los peritos y especialistas en seguridad vial, una causalidad del destino.
De hecho, mientras que continúan las investigaciones para reconstruir las causas del fatal siniestro, las hipótesis más fuertes (en base a los testimonios de los sobrevivientes) indican que la imprudencia, la negligencia y el exceso de velocidad ocasionaron que el colectivo de dos pisos chocara contra un cerro y volcara de manera violenta en un trecho de curvas sinuosas, en la zona conocida como Cuesta de los Terneros, sobre la ruta Nacional N°144 .
Desde el punto de vista de Héctor Roitman, perito especializado en tránsito, desde el momento en que el ómnibus volcó en una curva, existió de por sí un acto negligente. De todas maneras -añade el experto- es importante tener en cuenta en este caso como en otros en los que se produce un accidente con vehículos existe una “cadena de acontecimientos” que derivaron en una fatalidad que podría haber sido evitada con prestar atención de detalles fundamentales relativos a la prevención de accidentes.
Sobre todo, en caminos sinuosos, con curvas que exigen atenuar la velocidad, estar muy atentos y priorizar la seguridad por encima de todo, es imprescindible atender a recomendaciones clave. Una de ellas, está dirigida concretamente a los viajeros que no están acostumbrados a las rutas cordilleranas, con pendientes, subidas y curvas cerradas, donde el frío suele escarchar la calzada.
“Hay que tener en cuenta que esta -la 144- es una ruta turística y que ante el país y el mundo es vendida como tal. Por eso es fundamental reforzar la información a cerca de las precauciones que se deben tomar”, dice Roitman y detalla que es imprescindible sumar a la señalización existente otras maneras de informar a los conductores y prevenirlos, “más allá de la existencia de un cartel".
El camino sobre el cual el colectivo de la empresa familiar Talcahuano (cuya habilitación para circular en rutas nacionales es cuestionada), transitaba es un tramo sinuoso, angosto y ondulado de montaña que tiene un cambio ascendente repentino, con curvas cerradas.
“Es posible que el conductor nunca haya circulado por un trayecto con estas características. A esto se suma que si manejaba muy rápido y bajo el efecto de la inercia el riesgo ha sido mayor”, deduce el experto y recalca la necesidad de advertir a los conductores acerca de la peligrosidad que implica andar por este tipo de rutas. Para él, no basta con un cartel sino que es necesario que haya puestos de control que den cuenta de esta situación de manera personal con los conductores.
La señalización del mismo modo -dice Roitman- debe ser más intensa y anunciar de manera clara el peligro, sobre todo al conducir vehículo pesados y altos como el que manejaba Pinelli.
Por otra parte, el especialista da cuenta de la importancia que guarda, desde el punto de vista de la infraestructura vial, el hecho de contar con una zona de indulgencia en los costados de las rutas. De este modo, se permitiría una mayor margen de maniobra hacia afuera de la ruta en el caso de una emergencia. Roitman detalla que aún tomando todos los recaudos necesarios los conductores tienen un riesgo de siniestralidad. Ampliar la ruta, sobre todo en la zona de curvas, es otra opción para permitir a los conductores un mayor margen de maniobra, detalla el perito.
Carlos Trad Fager es médico y docente en Salud y Seguridad Vial. Desde su análisis sobre lo ocurrido, llama a la reflexión a todas las personas. Dice que cada cinco kilómetros por hora que se incrementa la velocidad, la posibilidad de sufrir un accidente aumentan un 20%.
“El porcentaje es mayor si hablamos de un camino con curvas pronunciadas, pozos y alteraciones de distinta índole”, detalla el médico y recalca que además de los controles en el vehículo previos a iniciar un recorrido, es indispensable atender a los factores orgánicos de quien está frente al volante. Así a las horas de sueño, el control de la fatiga y la alimentación -que no debe ser excesiva- se suman aspectos distractivos que entorpecen la conducción. Encender un cigarrillo mientras se conduce, tomar mate, estar atento al celular e incluso cambiar la radio pueden ser potenciales riesgos.
Trad Fager explica que en caminos complejos y sinuosos la visibilidad es menor. A esto se suma la posibilidad de que la ruta esté resbalosa. Por eso, el correcto estado de los neumáticos como así también el perfecto funcionamiento del tren delantero son claves desde el punto de vista técnico.
“Hay horarios en los que hay mayor encandilamiento, por eso antes de transitar es importante informarse sobre el estado de la ruta y los factores climáticos”, recalca el especialista y recuerda que es imprescindible la utilización del cinturón de seguridad aún entre pasajeros de colectivos.
Daniel Tejada, técnico en accidentología, perito y capacitador destaca que en caminos con pendientes y curvas nunca hay que dejar el motor en punto muerto porque aunque el vehículo avance, el motor no responderá a una emergencia y de hecho, los frenos fallarán. Por el contrario, cuando el camino es ascendente hay que evitar acelerar, puesto que esto sólo genera un sobrecalentamiento del motor.
Cuando el frío es extremo aunque no nieve, es fundamental bajar la velocidad aún más de lo que indiquen los carteles, ya que la calzada se vuelve resbaladiza. “Si llueve mucho no hay que usar las luces altas, siempre las bajas”, recomienda el experto.