Por arquitecta Florencia Oña
Tanto en la historia como en la actualidad aparecen movimientos que tratan de reanimar la ciudad y hacerla más atractiva para sus habitantes. Aspirando a concebir espacios de calidad, reunión y uso.
Habitar es vivir u ocupar habitualmente un lugar. Hábitat es un conjunto de condiciones geofísicas en el que se desarrolla la vida de una especie o una comunidad. Estos conceptos establecen una relación directa entre el lugar que ocupamos y nuestro entorno.
En una casa existe un programa de necesidades, podríamos decir bastante generalizado, una sucesión o sumatoria de partes. La casa es nuestro lugar de pertenencia, donde existe la posibilidad de construir nuestras propias formas de expresión y movimiento. La casa es nuestro propio campo de juego.
El arquitecto Richard Rogers considera que una habitación es el comienzo de una ciudad. La casa es un componente de nuestro hábitat, dentro de un sistema de redes e infraestructura más amplio y complejo.
La ciudad es historia hablada con un lenguaje materializado. Es un registro de hechos con características propias. En la mayoría de las ciudades encontramos hitos, historias, monumentos, lugares que la describen e identifican. Las características y hechos que la engloban son comunes a sus habitantes, hablan de una memoria común.
Desarrollando este paralelismo entre la casa y la ciudad podemos ampliar nuestra visión y ver nuestro espacio como un componente dentro de un conjunto mayor, es decir que podemos ampliar el campo de juego. Existen tantas formas de percepción y de uso en una ciudad como habitantes.
La revitalización de la ciudad, puede darse de varias maneras: a través de la multiplicación de espacios verdes con la consecuente mejora ambiental o ampliando las redes de comunicación y transporte o incorporando infraestructura urbana o percibir una ciudad como un espacio de juegos con intervenciones arquitectónicas que dan lugar a la imaginación.
Como el caso de Ámsterdam luego de la segunda guerra mundial, donde se construyen lugares de juegos en espacios vacantes de la cuidad. Movimiento que afectó positivamente a la regeneración de las estructuras urbanas y sus habitantes.
En la actualidad se está comenzando con un movimiento similar en varias ciudades, instalar juegos en diferentes lugares de la ciudad y no solo para chicos. La intervención trae aparejada la sensación de pertenencia, reúne gente de diferentes edades, se crea un espacio para el juego.
En Mendoza podemos percibir la ciudad como extensión de nuestro propio espacio, solo en determinadas épocas del año, sería interesante prolongar esta sensación de pertenencia.
"EN MENDOZA PODEMOS PERCIBIR LA CIUDAD COMO EXTENSIÓN DE NUESTRO PROPIO ESPACIO SOLO EN DETERMINADAS ÉPOCAS DEL AÑO, SERÍA INTERESANTE PROLONGAR ESTA SENSACIÓN DE PERTENENCIA".
Estos son solo ejemplos a modo de entender el concepto, cada espacio puede proponer diferentes soluciones de a cuerdo a su realidad.
La continuidad y accesibilidad a lugares interesantes con actividades determinadas de todo tipo, dan lugar a calles atractivas. La suma de estas calles construyen una ciudad viva y dinámica. Una calle que se transita, se camina y se usa es una calle más segura.
Las ciudades, como las casas y las casas como las ciudades: reflejan un modo de vida. Las formas de dialogo entre lo público y lo privado, entre nuestra casa y nuestra ciudad hablan de nuestros modos de ser.
Los lugares comunes de encuentro son piezas vinculantes importantes dentro de nuestra trama. El objetivo de estas propuestas es salir del aislamiento, promover interacción, el disfrute y el dialogo.