La Vuelta de Mendoza sigue su camino rumbo a la coronación de su nueva edición en el Parque de la Familia, en Las Heras. La carrera, que cumplirá su 42° edición, le ha mostrado a los corredores una gran dureza.
Con un récord de participantes, y también de equipos, el nivel de la gala lo ha impuesto un sexteto. Los “Bichos verdes” del SEP, ganadores el año pasado de la prueba casi de punta a punta, han marcado la cancha para alzarse con la corona heredera de la mística que impuso en los recordados Cruces de los Andes.
Este año, se recuerdan los 50 de la primera victoria en la general de Ernesto Contreras y el pelotón se apresta a desafiar nuevamente la cordillera para alcanzar -mañana- los pies del Cristo Redentor.
Una fuerte presencia internacional, con figuras de renombre, es el marco en el cual la escuadra profesional dirigida por el mendocino Sergio Gili va urdiendo la victoria con cuatro victorias.
El SEP San Juan, que llegó como candidato, en 2017 había quebrado la racha y reclamó la corona de esta competencia a la primera formación continental.
Quedando en el recuerdo los intentos de las escuadras de San Luis Somos Todos (con el actual dueño de la malla líder, Daniel Díaz, y el mendocino Sergio Godoy), Los Cascos Naranja del olímpico Walter Pérez y los dueños de las camisas negras del Clos de Pirque (Chile), con los sanrafaelinos Gustavo Hernández y José Luis Rivera.
Los sanjuaninos marcaron su territorio y se encolumnaron tras un mismo objetivo: la victoria del equipo. En Mendoza, mientras tanto, las escuadras locales han realizado grandes esfuerzos intentando equiparar la potencia del SEP.
Una danza de nombres tomó la responsabilidad de organizar la defensa; desde todos los puntos de nuestra provincia se alentó el surgimiento de un héroe.
A tres días del final de la prueba, tras quedar golpeados por la contrarreloj, piensan en la forma de presentar batalla.
Los equipos ya no piensan en el control de la carrera, sino en un triunfo episódico que les permita empezar a crecer.
