La cotización oficial del dólar cerró la semana pasada en 28 pesos para la venta, el mismo nivel que el viernes anterior, mientras los indicadores económicas ya empezaron a mostrar el parate de la actividad, con la inflación en alza.
Consultoras y bancos reportan que la inflación esperada para todo 2018 es del 31,8%. Y pevén que el dólar alcanzará los 30,5 pesos en diciembre, según el Relevamiento de Expectativas de Inflación (REM) del Banco Central.
En la semana hubo algunos pequeños sobresaltos con el valor del dólar -que luego se corrigieron-, a partir de que el ministerio de Hacienda informó que desde hoy recortará a la mitad (50 millones) las subastas diarias de lo dólares que llegaron del FMI.
Esa decisión obedece a "la posición de liquidez en pesos" que se ha acumulado el Tesoro, después de haber vendido ya u$s 3.000 millones de los 7.500 millones que llegaron del Fondo en junio pasado. Por otro lado, el Gobierno sigue buscando dólares financieros. El jueves pasado el Ministerio de Hacienda anunció una nueva licitación de Letras del Tesoro en dólares con vencimiento el 8 de febrero de 2019 y tasa del 3,65%, más baja de la de las últimas emisiones.
En paralelo, han comenzado a verse las consecuencias que produjo en la economía real la crisis cambiaria que estalló a fines de abril y por la que el Banco Central perdió más de 12.000 millones de dólares.
Lo que pasó con la crisis cambiaria explica la incertidumbre actual y las expectativas negativas, lo cual hace prever el drama por venir: al menos siete de cada diez empresas industriales consultadas por el Indec aseguraron que no incorporarán personal durante el tercer trimestre del año.
Un escenario de estancamiento para el empleo en la industria no sería un drama grave en un escenario recesivo. El problema está en que, según la misma encuesta oficial, el 21% anticipa una disminución en su dotación de personal y el 70,4% dice que la sostendrá al menos por tres meses.
Como la actividad económica ha comenzado a caer en abril, junto al consumo. ¿Qué ocurrirá para adelante? El 45,8% de las empresas anticipa una baja de ventas para agosto, setiembre y octubre; 41,2% prevé un ritmo estable y sólo el 13% espera un aumento.
Es que la industria viene mal. Según datos del ministerio de Trabajo, este sector registró en mayo pasado 53.000 puestos de trabajo menos que en el mismo mes de 2016, un momento en el que la economía también iniciaba un camino recesivo.
En tanto, el Indec dijo que la producción industrial se derrumbó 8,1% en junio con relación a igual mes de 2017, la mayor baja desde octubre de 2016, aunque aún logró cerrar el primer semestre con un signo positivo del 1%.
Al observar rubro por rubro, la producción automotriz registró en julio una expansión del 8,6%, respecto del mismo período de 2017, pero las ventas mayoristas se desplomaron 35,5%, según la Asociación de Fabricantes (ADEFA).
En ventas mayoristas, el sector comercializó a la red de concesionarios 46.637 unidades, volumen que se ubicó 15,8% por debajo del mes anterior, y 35,5% menos en su comparación con el desempeño de julio del 2017.
La actividad de la construcción, en tanto, cedió 0,1% en junio respecto de igual mes de 2017 y marcó de ese modo su primer dato negativo desde febrero de 2017. Aquí todavía hay un colchón dado que el acumulado del primer semestre arrojó un aumento de 10,9%.
Lo que preocupa de la construcción es cómo se adaptará al nuevo escenario de este semestre con el ajuste oficial sobre la obra pública, principalmente en materia de empleo: viene de un récord de mano de obra registrada de 430.000 obreros en marzo.
La administración de Mauricio Macri viene tomando nota y ha comenzado a tomar algunas decisiones como para intentar morigerar el impacto. Por ello, el Presidente anunció nuevos créditos de ANSeS para jubilados, pensionados y beneficiarios de asignaciones.
Los préstamos serán de hasta 80.000 pesos a un plazo de hasta 60 cuotas. Con esto la gestión Cambiemos busca darle un poco de oxígeno al consumo masivo, que ha comenzado a mostrar señales de estancamiento.