Tras su contundente triunfo en el referéndum para reformar la Constitución el presidente ecuatoriano Lenín Moreno logró su objetivo de quitarse de encima a su antecesor Rafael Correa, que ensombrecía su gestión, pero no queda exento de enfrentar nuevos enemigos políticos mientras delinea su programa de gobierno.
El domingo, las siete preguntas propuestas por Moreno lograron un promedio de 68% de apoyo popular, lo que le permite consolidarse en el poder y apartarse definitivamente de Correa (2007-2017).
Los resultados de la consulta serán enviados por el Ejecutivo a la Asamblea convertidos en proyectos de ley para que se promulguen en alrededor de un mes.
Una de las principales consecuencias del referendo es que Correa ya no podrá postularse a la presidencia puesto que ahora los gobernantes sólo podrán estar dos períodos al frente del país.
Rafael Correa conoció por primera vez la derrota electoral y, antes de volver a su autoexilio, declarará ante la Justicia por un presunto caso de corrupción. Una racha con aires de final para quien fuera el hombre más poderoso de Ecuador.
Aun con la herida abierta, Rafael Correa rendirá testimonio ante la Fiscalía, en Guayaquil, sobre un presunto perjuicio al Estado en la venta de petróleo a China y Tailandia. De momento, no enfrenta cargos en el marco de una indagación previa. Hoy regresará a Bélgica adonde se mudó junto a su familia.