El fenómeno no es común en las calles transitadas, por eso tampoco se lo encuentra en el centro de la ciudad. Pero, a medida que uno se aleja de la centralidad y el tráfico, los perros se vuelven dueños de la calle.
La presencia de los canes no genera ningún tipo de cuestionamientos. Los dueños suelen abrirles la puerta de calle a las 8 de la mañana y los hacen entrar entrada la noche. Y el perro se expresa a sus anchas en esa libertad casi impune.
La expresión del animal se siente, a veces en las suelas del zapato o en la rabia de quién tiene que limpiar las obras de arte que dejan ejemplares ajenos en la propia vereda.
A veces la simpática expresividad puede ser un peligro. La tranquilidad de una mañana de domingo puede verse quebrada por el ladrido del ovejero alemán de la media cuadra que corretea y ladra a un motociclista que acelera su vehículo para escaparle a los dientes del animal. No es el único perro que lo hace, aunque el tamaño y el caudal del ladrido meten miedo.
Alguna vez habrá una caída y me pregunto si el dueño se hará cargo del problema, así como tampoco se hacen cargo de las mordidas o al menos los sustos que le propinan a los transeúntes de a pie.
Tal vez no lo sepan, pero los perros son animales territoriales. Por eso marcan territorio con orina (otra manifestación que suele ser desagradable de limpiar). Y dentro de esos límites demarcados, el can suele ejercer el poder del gruñido o, el del tarascón artero en los talones. Y eso con suerte.
Suele hablarse de “perros peligrosos” y se los considera así a esos que, por su tamaño y fuerza, pueden causar daño. Pero la realidad es que todos los perros son potencialmente peligrosos, dependiendo de quién sea el atacado también: un perro salchicha puede hacer mucho daño si ataca a un niño chico que viole los límites de su territorio.
Hay que advertirles a dueños y víctimas que el Código Contravencional de Mendoza, sancionado en setiembre del año pasado, incluye un capítulo referido a quienes dejen el perro en la calle. El artículo 65 dice que quien descuide el animal o lo deje deambular en lugares públicos, será sancionado con una multa de entre 1000 y 2500 Unidades fiscales o con arresto de entre 15 y 25 días. Si esto les mete miedo, la unidad fiscal vale 12 pesos, es decir que la multa puede llegar a los 30 mil pesos.
Con este antecedente legal, podría decir algo polémico: Hubo quejas porque alguien envenenó perros en el barrio Supe de Godoy Cruz. Podría preguntar por qué los perros comieron algo envenenado, si debían estar acompañados por sus dueños. ¿La muerte de esos perros podría ser culpa de los propios dueños que los sueltan en la calle?
Detestable propietario: no podés dejar tu perro en la calle porque el adentro de tu casa rompe cosas o ladra. Si tenés uno, o dos, o los que sean, bancátelos en tu casa y no delegues la responsabilidad a los demás.
