Oscar Portillo (64) y Diego Roqué (52) son los dos monjes del monasterio Cristo Orante (Tupungato) que están imputados por abuso sexual en ese establecimiento. Los episodios los denunció un ex aspirante a monje que, según detalló en su acusación formal a fines de 2018, se habrían reiterado desde que el denunciante tenía 17 años.
Los religiosos, ambos nacidos en Buenos Aires, estaban con prisión domiciliaria hasta ayer por la mañana; aunque un Juzgado Colegiado dispuso el "cese de la prisión preventiva". No obstante, la imputación se mantiene y el proceso judicial contra ambos sigue su curso.
Esto implica que, siempre y cuando cumplan con una serie de condiciones, los religiosos recuperan la libertad pero siguen estando acusados formalmente por los hechos denunciados por el joven Nicolás, primero en el Arzobispado de Mendoza y luego en la Justicia Civil y Penal.
En tanto, se dispuso que al denunciante se le practiquen nuevas pericias psicológicas, intentando determinar si su relato es coherente, verosímil o si hay manipulación intencionada en su denuncia. Un detalle llamativo es que en marzo del año pasado, cuando apenas habían transcurrido unos meses desde que se oficializó la denuncia, el Equipo de Abordaje de Abusos Sexuales (EdeAAS) -el órgano oficial para intervenir en estos casos- concluyó que el relato de Nicolás era verosímil y coherente.
A la misma conclusión habían llegado en la etapa preliminar de la investigación eclesiástica los funcionarios designados por el Arzobispado de Mendoza.
La Iglesia mendocina confirmó ayer en un comunicado que Portillo y Roqué siguen sin tener licencia para el ejercicio del ministerio y que el monasterio continuará cerrado
Libertad con condiciones
Más allá de la determinación de la jueza Teresa Di Bari, quien dispuso la liberación, la investigación continúa su rumbo. Como una de las condiciones para recuperar la libertad, ambos monjes deberán pagar una caución personal de 100.000 pesos cada uno.
Además, sobresale la prohibición de salir del país para ambos y deberán concurrir a la dependencia policial más cercana de forma semanal. Esto último será para firmar la constancia de que están en el domicilio, que también deberán fijar ante la Justicia.
Los religiosos, además, no podrán mantener contacto -ya sea por sí o por medio de otras personas- con los denunciantes. Además se les hizo una "recomendación" de no exponerse tampoco en las redes sociales, según trascendió.
Desde el entorno del denunciante se mostraron intranquilos ante la liberación, aunque resaltaron como algo positivo que continúe en marcha la investigación.
Arzobispado emitió un comunicado
"Ante distintas consultas efectuadas a esta Sede Arzobispal en relación con la situación canónica de los sacerdotes Oscar Portillo y Diego Roqué Moreno, se hace saber que la misma no ha experimentado cambio alguno. Los mencionados sacerdotes no tienen licencias para el ejercicio del ministerio", aclaró el Arzobispado de Mendoza en un comunicado.
“Asimismo se reitera que el Monasterio del Cristo Orante seguirá cerrado, no pudiéndose realizar allí actividad alguna ni celebración de ninguna índole”, aclara el escrito.