El massista Guillermo Pereyra y el demócrata Marcos Niven se transformaron en dos figuras clave en la sesión legislativa dónde se trató el decreto de aumento para docentes. Ambos con su decisión de abstenerse provocaron un imprevisto empate y obligaron a que inclinara la balanza el presidente de Diputados, el radical Néstor Parés.
Pasado ese momento Pereyra asegura que seguirá apoyando al Gobierno de Cornejo y Niven lanza advertencias sobre el futuro.
Pereyra: "A mí no me dijeron cómo votar, respetaron mi decisión"
Hace seis años, como diputado nacional del FpV, Guillermo Pereyra se abstuvo de votar cuando el entonces oficialismo se opuso al 82% móvil para jubilados y pensionados. El miércoles, el ahora diputado provincial repitió la historia y, en una votación clave para el oficialismo, del que forma parte, se excusó de votar por no estar de acuerdo con el aumento a los docentes por decreto.
La historia volvió a poner a Pereyra en el mismo lugar, aunque con trasfondos diferentes que el secretario general del Centro de Empleados de Comercios (CEC) se encargó de recalcar, haciendo énfasis en que su desacuerdo con el gobierno de Alfredo Cornejo es sólo
circunstancial.
En aquel momento, como legislador nacional, tuvo la satisfacción de que le aprobaran dos leyes, pero su postura disímil en 2010 fue duramente criticada por el kirchnerismo, y en la historia de Pereyra significó el distanciamiento del espacio del ex presidente. En 2011, sorprendió al renunciar como vicepresidente del Partido Justicialista en Mendoza.
Claramente más identificado con Néstor que con Cristina, el massista caracterizó su paso del peronismo a aliado al radicalismo: “Cuando vi que el cristinismo se puso duro, puse un freno. Intenté seguir con (Martín) Sabbatella, pero no se dio. Hasta que en 2013 nació el Frente Renovador con la intención de marcar estos límites”, relató.
La inclusión del presidenciable Sergio Massa en el espacio que lideró Alfredo Cornejo significó para el dirigente sindical, de pasado peronista, la incursión en un espacio dominado por el radicalismo. "Tuvimos que aliarnos porque habíamos quedado excluidos", justificó.
Con una nueva filiación y luego de 18 años de ser titular del CEC, su rol como único diputado del Frente Renovador y gremialista lo pusieron en una nueva disyuntiva el miércoles pasado: avalar o no un decreto que de alguna manera remplazó una mesa paritaria que se dio por agotada.
La respuesta, revelada en el recinto, fue la abstención, aquel camino que transitó en algún momento. La diferencia con su pasado de legislador nacional kirchnerista es que, según el massista, no recibió ningún tipo de presión por parte de Cornejo y que si bien puso a disposición su renuncia, esto no hizo falta.
“A mí no me dijeron cómo votar, respetaron mi decisión. Yo les dije que si no les gustaba mi posición, estaba dispuesto a renunciar, pero les aclaré que no los iba a apoyar en este decreto”, relató Pereyra, quien esta semana fue uno de los aliados que, junto con Marcos Niven (PD), no acompañó al Frente Cambia Mendoza que integra.
Sobre esta decisión, dice sentirse tranquilo. “La izquierda y el SUTE me quieren poner en un papel incómodo, pero esto vino por el abuso de licencias. Hay cosas que no se pueden tolerar. Acá parte de la culpa la tiene el SUTE, que no llamó a conciliación obligatoria cuando Cornejo dijo que iba a sacar la paritaria por decreto, y parte es del Gobierno”, reflexionó el día después de la votación final, haciendo referencia a las planillas que manejó el Ejecutivo y muestran el ausentismo docente.
En esta línea, el sindicalista aseguró antes y después de la sesión que seguirá acompañando al oficialismo en las votaciones que restan, aunque el miércoles demostró que, en ocasiones, opinará distinto.
El primer desacuerdo también lo enfrentó con Adrián Mateluna, titular del SUTE, que lo criticó por haberse abstenido y no votar en contra. Para esta argumentación, le habló desde su rol de dirigente sindical.
En este sentido, dijo que sus inicios políticos fueron, curiosamente, en el Mendozazo de 1972, cuando sí recibió “palos”. "Yo les dije que no me iban a correr por derecha ni por izquierda, porque yo no me inicié detrás de un escritorio”, respondió.
En 1998, Pereyra asumió como máximo responsable del CEC. “Muchos recuerdan cómo encontramos el sindicato. Teníamos una deuda de 5 millones de dólares y estuvimos a punto de perder el camping”, señaló sobre su extensa conducción antes de contar todas las gestiones para salir de la situación deficitaria y sus conquistas para “los compañeros”. Entre ellas, mencionó dos proyectos de ley que le aprobaron como diputado nacional.
Desde 2007 hasta 2011, fue diputado por Mendoza por el FpV, con las diferencias marcadas hacia el final, y en 2015 tuvo su segundo cargo electivo: su banca en la Cámara baja provincial.
“En la campaña yo decía a los afiliados que no hay que ir por un salario más, sino para ayudar a la gente”, señaló y dijo que, desde febrero, dona su dieta a una organización llamada “Sumar Ladrillos”.
Niven: "Nuestra opinión en muchos temas no ha sido tenida en cuenta"
En 2005 se retiró y volvió a su bodega en Junín, en donde desarrolló su carrera de ingeniero agrónomo, sin saber que 10 años después volvería al “barro” de la política para intentar levantar al partido que alguna vez supo gobernar en Mendoza.
Marcos Niven, el único diputado demócrata, dice tener dos objetivos en su regreso: “Recuperar al PD y tratar que se incorporen jóvenes”, luego de que el Pro nutriera sus filas con la juventud que un día estuvo en el sello mendocino.
“Estamos para terminar una gestión, pero no hay generaciones atrás activas”, señaló el demócrata como uno de los problemas que más preocupan en la dirigencia, abocada a intentar recuperar las glorias pasadas del PD.
Para esto, los que alguna vez tuvieron algo que ver con los tiempos mejores, volvieron. Niven es uno los protagonistas de aquellos años 90, junto con Carlos Balter, ahora presidente del partido. Ambos fueron compañeros de aquella fórmula que en 1999 casi logra, por unos puntos, quedarse con la gobernación. “Nuestro error político fue ir a una elección nacional sin un candidato a presidente”, apuntó quien fue el candidato a vice y hoy es diputado provincial.
En sus inicios, su participación como presidente de la Cámara de Viñateros y Bodegueros del Este lo puso en la vidriera para los demócratas, quienes lo fueron a buscar para ofrecerle participar en las elecciones.
En 1993, Niven fue electo senador provincial y en 1997 renovó su mandato por otro período más. Aquellos fueron los años en los que el PD tenía un tercio de representación parlamentaria y definía las votaciones en el recinto. En 1995 intentó ser candidato a intendente de Junín.
En el '99, Balter le propone ser su compañero de fórmula y juntos quedaron, con el 30% de los votos, muy cerca de Roberto Iglesias, quien ganó con el 37%. El candidato a presidente de este último, Fernando De La Rúa, obtuvo en Mendoza el 52%. “Hubo mucho corte de boleta.
Siempre hicimos gala de que es un partido provincial y no necesitamos condicionamientos nacionales, pero en ese caso nos jugó en contra”.
En 2003, Niven intentó ser gobernador y salió tercero detrás de Guillermo Amstutz, hoy senador, y Julio Cobos, que ganó. En 2005 terminó su mandato como diputado provincial y se retiró. Ahora, su regreso a la Cámara baja, tiene mucho de aquel pasado anhelado y del intento de resurgir. Su voto, el miércoles, también tiene algo de aquello.
Esta semana, el demócrata sorprendió a todos cuando dijo desde su banca que se abstendría de votar el decreto que aumentó el salario de los docentes. Su posición no sólo hizo tambalear la estrategia de Cornejo, sino que mostró una segunda grieta en el conglomerado oficialista.
“El Partido siempre ha sido muy independiente. En el Gobierno hay dirigentes políticos demócratas, pero en temas específicos no somos consultados, no nos llamaron ni a Balter ni a mí. En el Ejecutivo las hacen y nos enteramos una vez que está hecho, y eso es una debilidad. Yo me siento muy cómodo en el frente y ellos me convocan a las reuniones en la Legislatura, pero nuestra opinión en muchos temas no ha sido tenida en cuenta por el Ejecutivo”, evaluó Niven y mostró sus credenciales: “Nosotros entendemos que los votos demócratas en Mendoza permitieron a Cornejo ser gobernador”.
A diferencia de Pereyra, Niven vislumbró algunos límites que pueden condicionar su acompañamiento al bloque radical, con el que integra el Frente Cambia Mendoza. Uno de ellos es el endeudamiento. “Hemos sido muy contemplativos por la situación excepcional con la que Cornejo encontró la provincia”, concedió.
Pero en el tema números, dudó que el año que viene otorgue una nueva deuda para gastos corrientes. “Este año he levantado la mano no sé por cuántos endeudamientos, cosa que antes no hubiera hecho nunca. Hemos cambiado posturas históricas, pero somos conscientes de que no podemos votar endeudamientos todos los años”.
Sin embargo, el demócrata no renegó de la alianza que integró. “No nos arrepentimos en nada que el partido esté dentro del Frente. Aunque en su momento fue una decisión de Richard Battagión, nosotros apoyamos la integración nacional y provincial”, reconoció, aunque advirtió: “Cuando haya un tema en el que no estemos de acuerdo y si no hemos participado en la toma de la decisión, puede volver a ocurrir lo del miércoles”.