Los desafíos del sector vitivinícola que le esperan a Cornejo

Referentes de la actividad analizan la situación actual y reflexionan sobre las medidas que deberá tomar el próximo gabinete para sacar adelante a la industria.

Los desafíos del sector vitivinícola que le esperan  a Cornejo

El pasado domingo, Mendoza eligió a su nuevo gobernador, Alfredo Cornejo, el cual asumirá con sus plenas funciones el 9 de diciembre. A partir de esa fecha, el mapa político cambiará y el radical, acompañado por Laura Montero, que se impuso a la fórmula peronista Bermejo-Martínez Palau por siete puntos, tendrá un escenario vitivinícola complejo por enfrentar y sobre ese punto referentes del sector dieron su opinión.

La industria se encuentra con problemas de fondo que vienen desde hace cuatro años, cuando las exportaciones vitivinícolas comenzaron a estancarse, concentrándose en el mercado interno.

Durante los sucesivos años, las políticas económicas nacionales continuaron afectando al sector, hasta llegar a hoy, a la cosecha 2015, con un sobrestock vínico superior a los 200 millones, con precios del vino totalmente deprimidos, un mercado interno que no repunta y números de exportaciones muy lejos de aquel “fenómeno malbec” del que todos hablaban.

De este modo, referentes del sector brindaron su opinión al respecto de cuál es la situación y el desafío para el próximo gobierno.

Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, opinó que hay problemas -bajo su punto de vista- que son generados por la macro, como es la inflación y el tipo de cambio, que el gobernador electo no podrá solucionar, pero sí destacó que “su función será trabajar en conjunto con las entidades y el Gobierno nacional sobre cómo atenuará el impacto de esas problemáticas”.

En este sentido, aclaró -antes de avanzar- que el sector no pide que haya una devaluación y que en tres meses la inflación del 30% baje, pero sí “que se establezcan medidas para mejorar”.

Bajo este punto, desde la entidad detallaron que el desafío es lograr que se suspendan las retenciones, se incrementen los reintegros que se le dan al sector, hacer más ágiles los pagos de éstos, y facilitar la gestión de importación para el ingreso de maquinarias y repuestos, entre otros.

“Es importante que se revean las políticas, ya que la industria no necesita muletas -compensaciones- para salir de la actual crisis”. Para el directivo, la pérdida de competitividad no está dada por el actual sobrestock, sino por cuestiones de fondo que vienen desde hace años y deben repararse.

Pina además dijo que el sector no pide fantasías, ya que a los pequeños productores de granos de Buenos Aires, a los de peras y manzanas de Río Negro, se los han dado, por lo que es importante retomar el dialogo.

Con respecto a la pérdida y recuperación de competitividad es a lo que se refirió y coincidió con José Alberto Zuccardi, presidente de la bodega homónima. Sobre esto dijo que Alfredo Cornejo tendrá que buscar medidas que sean efectivas para el sector, ya que hasta el momento, “las que se han tomado no han sido fructíferas para promover las exportaciones, equilibrar los stocks y recuperar los precios del vino”.

Carlos Iannizzotto, presidente de Acovi, sumó a estos comentarios que el sector, junto con los gobiernos provincial y nacional, deberán establecer una agenda en común para retomar temas que se dejaron, como es la Ley de Usos de Jugos Naturales, el Plan Estratégico -el cual se abandonó y los aportes y gestiones al CFI no se han hecho-, rever el tema de costos y con esto los valores de los fletes, y, como dijo Pina, la recuperación de los reintegros y retenciones.

Concordó Hilda Wilhelm, presidente de Coviar, quien reflexionó que “el próximo gabinete deberá poner manos a la obra en la reducción de stock para aliviar la crisis”, si es que este gobierno no lo logra.

Para Gabriela Lizana, de la Asociación de Productores del Oasis Este (Aproem), Alfredo Cornejo enfrentará una industria con altísima concentración económica. Para la dirigente gremial, “estos actores han tomado las instituciones como Coviar y Fondo Vitivinícola para beneficiarse en detrimento del resto”.

En este sentido es que advirtió que “para los pequeños productores, las propuestas no están siendo suficientes”. De este modo es que espera que el gobierno provincial que asuma en diciembre revise la rentabilidad en la cadena comercial y que se retome la idea de fijar precios mínimos para la uva y el vino y contratos previos a la venta.

Frente a todas las declaraciones realizadas, todos coincidieron en que hasta el momento lo que se está haciendo es tapar con parches la situación de fondo del sector. Para Pina, “hoy se buscan fantasmas a la hora de explicar la crisis y se utilizan compensaciones como son las de las exportaciones y el acuerdo Mendoza-San Juan para generar equilibrio”, o políticas de las cuales muchos fueron detractores, como es la desconcentración del sector a través de Fecovita 2 -que el gobierno actual y el nacional defienden-, como es el caso de la denominada Asociatividad Vitivinícola.

Para este empresario, todo esto no son más que “fuegos de artificio” ya que la competitividad no mejorará con todo lo recién descripto; para el gerente de Bodegas de Argentina, “son muletas que dejan seguir caminando al sector”.

De este modo, tanto Pina como Lizana recalcaron que la locomotora que tira la cadena son las exportaciones y que el 30% de lo que produce el país de vino se envíe a los mercados externos. Para esto la competitividad es esencial, ya que si sólo se piensa que el problema es el sobrestock se está en lo incorrecto puesto que las cuestiones de fondo continuarán.

Crédito fiscal para llegar al 35% de mosto

Hasta el momento, Mendoza sólo ha destinado 19,4% del acuerdo de mosto Mendoza-San Juan, lo que agrava la situación de los sobrestocks vínicos.

De este modo, para lograr sacar del mercado cerca de 200 millones de vino es que esta semana se dio a conocer que las bodegas que no hayan cumplido con el porcentaje establecido en la ley, en lugar de pagar la multa en efectivo ($ 0,50 por kilo de uva) tendrán la opción de pagarla con vino.

De qué se trata esta nueva operatoria emitida en el Boletín Oficial de la Provincia el pasado miércoles. Guillermo García, presidente del INV, explicó que en vez de que las bodegas que no hayan cumplido paguen la multa por el 100% de la uva ingresada al establecimiento, tendrán la posibilidad de cumplir el porcentaje que no han cubierto con vino fraccionado ingresado en el INV.

Ese porcentaje se establece entre lo que destinaron a mosto y a través del mecanismo compensatorio de exportación (un litro de vino exportado por dos litros y medio (2,5) de producción diversificada y un litro de vino a granel exportado por un litro de producción diversificada). En este sentido, lo que hará el INV será inmovilizar ese producto, lo desnaturalizará y enviará a destilar.

Luego de esto, por litro de alcohol el Fondo Vitivinícola le pagará un incentivo fiscal a la bodega, que será entre $ 0,50 y $ 0,80 dependiendo del precio del alcohol en ese momento. Aclaró que seguramente con este mecanismo el valor se destruirá para abajo ya que va a haber mucha oferta.

No obstante, añadió que el objetivo, además de que Mendoza cumpla con el porcentaje de mosto acordado, es sacar cerca de 100 millones de litros del mercado y liberar un poco del sobrestock vínico que está tirando hacia abajo el precio del vino.

Definió finalmente el presidente de la entidad que esta es una medida voluntaria, por lo cual esperan que las bodegas acudan.

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