La crisis sanitaria ha generado la necesidad de adaptar muchas formas de vida y muchos métodos de relación, y en esto ha tenido que ver en gran medida la irrupción de la tecnología en la vida de las personas, hasta en aquellos que la veían como una cosa lejana. La necesidad del distanciamiento social, que puede durar algunos años, obligó a las personas a adoptar hábitos que nunca habían pensado y a cambiar rutinas.
Uno de los sectores impactados fue la educación, ya que los alumnos fueron los primeros en ser aislados, y se dispusieron sistemas supletorios a las clases presenciales. Así se usaron sistemas de mensajería por teléfonos celulares, sistemas de multiconferencia y, en sectores donde no había conectividad, los docentes enviaban cuadernillos. El Estado apostó, además, a un sitio web y a contenidos a través de televisión.
Por el momento no se sabe cuál ha sido la eficiencia de estos métodos, pero es verdad que la pandemia llegó tan rápido que nadie estaba preparado y que luego habrá que hacer una evaluación. Lo cierto es que habrá que mejorarlos pero muchos de ellos serán incorporados como métodos pedagógicos.
Pero todo este avance mostró que los alumnos tienen un avanzado manejo de las tecnologías, ahora hace falta que los docentes los guíen en la búsqueda de los conocimientos necesarios para que se desenvuelvan en un mundo de grandes cambios.
Los alumnos que ingresaron este año a la escuela estarán terminando su ciclo secundario en 2040 y nadie sabe cómo será el mundo en esa época, por lo cual hay que formarlos de modo tal que puedan adaptarse a los cambios con los manejos de conocimientos básicos como lengua, matemáticas, artes y deportes. Las ciencias sociales y la biología deberían adaptarse a los enormes cambios.
Pero la estrategia educativa debería fijarse en cuatro niveles simultáneos porque de la forma en que se enfoque en el futuro educativo será cómo se va a delinear el futuro del desarrollo económico en la provincia y en la Nación.
El primero debe ser el sistema educativo formal, que requiere seguir adaptando sus procesos y sus técnicas, así como los contenidos tendiendo a formar buenos ciudadanos con mente abierta y mucha flexibilidad a fin de adaptarse a los cambios. La educación técnica deberá ganar muchos lugares para facilitar salida laboral a los alumnos o para prepararlos para carreras técnicas.
El segundo, que también es urgente, es trabajar en la recalificación de una gran masa de trabajadores que no estarían en condiciones de acceder o mantener trabajos en casos que la tecnología avance con rapidez. El 60% de los trabajadores formales no ha terminado la escuela secundaria y los informales, más de la mitad no terminó estudios primarios, con una población de riesgo laboral. La educación a distancia y la semi presencial pueden ayudar en la satisfacción de estos objetivos
El tercer nivel es el universitario. Tenemos excesos de carreras humanísticas y déficit en carreras técnicas, así como algunos que no tendrían demanda y cuya inclusión laboral sería muy difícil. Es necesario una modernización, donde los sistemas semi presenciales puede jugar a favor de una mayor inclusión.
Finalmente, es necesario potenciar el sistema científico y tecnológico porque de su desarrollo dependerá el futuro del país para no seguir dependiendo de desarrollos de terceros. Argentina necesita tener un desarrollo científico y tecnológico autónomo.
En síntesis, la estructura educativa debe funcionar como un sistema integrado y del grado de evolución que alcance, en todos sus niveles, dependerá el desarrollo económico futuro del país y de la provincia de Mendoza.