Día a día, cientos de mensajes viajan a través de las redes móviles. Pueden ser cadenas, chistes o saludos, pero desde hace poco tiempo también circulan reflexiones sobre lecturas bíblicas y palabras de misericordia.
Esta idea surgió con la labor del sacerdote católico Luis Zazano. En Mendoza, unos 12 cristianos vinculados a la comunicación decidieron aplicar esa propuesta y, reunidos en la Pastoral de Comunicadores Mendoza, crearon el servicio “Evangelio en Red”. Así, por WhatsApp envían escrito el evangelio del día junto con el audio de un cura de la arquidiócesis.
En diálogo con Los Andes, su coordinador, Edgardo Fretes, cuenta que compartieron la idea con el Arzobispado. Curas jóvenes se sumaron a grabar sus voces y ahora la pastoral se encarga de editar y enviar los audios.
Otra comunicadora del equipo es Fernanda Rivarola, quien destaca la llegada a personas de lejos: “En Ciudad hay varias parroquias con curas todos los días pero en pueblos lejanos, no. Hay que pensar en esas personas”. Incluso cuentan de jóvenes que acercan el celular a personas mayores y enfermas para que puedan escuchar las reflexiones diarias.
Una de las diferencias con la propuesta original es que no es un cura quien habla, sino muchos. “Se trata de no sobrecargar”, apunta Antonio Stirn, secretario de Pastoral de la Arquidiócesis. Así, son 21 los curas que participan y cada uno graba durante una semana.
Edgardo Fretes aclara que esto es posible gracias a la “gratuidad” de WhatsApp y a la generosidad del equipo, ya que nadie cobra nada. “Pese a lo que se cree, la Iglesia es una iglesia pobre. Como cada fiel aporta lo que quiere y puede, no hay recursos para grandes medios y estas redes dan otra oportunidad”, sostiene el coordinador.
“Lo que se comparte se multiplica”. Con esta expresión del papa Francisco, estos comunicadores han bautizado la difusión. Una de las formas de compartirlo es a través de sus propios contactos por teléfono que, a su vez, lo reenvían a otros. Otra es a través de
www.arquimendoza.org.ar/evangelio.php, desde donde puede descargarse y escuchar. Además lo pasan por su propio Facebook, radios católicas y, de ser posible, diarios on-line.
Carolina Payacán, comunicadora social, no es parte del grupo, pero considera que el uso de WhatsApp tiene que ver con el tiempo que vive la sociedad: “Estamos muy conectados; hoy en día, las herramientas de comunicación se han acrecentado; hay muchas formas de comunicarse y me parece que es una buena opción”. Ella, además, destaca que uno tiene la opción de leerlo y escucharlo cuando prefiera y eso hace que se adapte a la vida cotidiana.
Si bien los audios se envían desde noviembre, el 8 de diciembre fue el lanzamiento oficial al iniciar el Año de la Misericordia propuesto por el Papa. Allí el audio fue del arzobispo monseñor Carlos María Franzini, quien afirmó: “Ojalá que este servicio de Evangelio en Red sea una ayuda más para que todos podamos acoger la Palabra, hacerla Carne en nuestra vida y anunciarla con gozo y alegría a los hermanos”.
Uno de los dos religiosos que integran el armado del proyecto es el padre Rodrigo Robert. Si bien la propuesta es distinta a una reflexión de misa, él cree que se complementa. “Es positivo, es distinto. Con la respuesta de la gente notamos que es algo bueno”, señala, mientras sus compañeros cuentan sobre varios reclamos que les hacen cuando demoran el envío.
Del otro lado del celular
Muchos mendocinos reciben diariamente los audios en su celular. Ellos se destacan por su brevedad (en promedio 3 minutos) y por usar un lenguaje coloquial.
Sharbel Juan Tohme es uno de los jóvenes que escucha los audios del padre Luis Zazano y los comparte a más de 100 personas. “Me parecen muy prácticos, concretos y útiles. En lo personal, sirven por lo concretos que son, sin quedarse en palabras lindas al aire, sino concretando líneas de acción o elementos a reflexionar”, describe.
Otro caso es el de Gabriela Sánchez: “Desde hace unas semanas, un amigo seminarista me agregó a una lista de difusión para mandarme el evangelio y la meditación ‘mendocina’. Me encantó el gesto y, cuando me llega, además de meditarlo, lo envío a dos grupos más”.
Para Sánchez, se vive de forma tan acelerada que pocas veces se hace el tiempo para meditar. “Personalmente, que los sacerdotes mendocinos ahora hagan estas meditaciones me hace pensar en una Iglesia cada vez más abierta, que llega cada vez más lejos”, comparte.
Finalmente, Edgardo Fretes cree que esto tiene que ver con considerar al receptor no como un sujeto pasivo sino como un sujeto activo: “Recibir, comprender y compartir. Todos somos evangelizadores”.
El origen
Todo comenzó cuando el sacerdote tucumano Luis Zazano (de 30 años) decidió mantenerse en contacto con un grupo de jóvenes mediante WhatsApp. Ellos decidieron compartir los audios que enviaba y, al tiempo, sus miles de réplicas llegaron hasta Estados Unidos y China.
Según ha contado en varios medios, tenía temor de “creérsela”, pero su superior le recomendó seguir. Estaba aún con dudas, hasta que le llegó el mensaje de unos jóvenes perseguidos en China que se reunían escondidos para traducir y compartir sus reflexiones.