El ministerio de Salud brindó una serie de precauciones que se deben tomar en las vacaciones de invierno para evitar el contagio de enfermedades y prevenir accidentes domésticos.
Los consejos se deben a que durante el receso escolar la rutina diaria se ve alterada y esto puede traer consecuencias en la salud de los chicos. Así mismo, desde la cartera que regenta Oscar Renna aseguran que durante esos 15 días aumentan los riesgos de sufrir accidentes domésticos.
Para disminuir la transmisión de enfermedades es importante:
- - el lavado adecuado y frecuente de manos,
- - la limpieza de superficies,
- - la aireación de ambientes,
- - el mantenimiento de la lactancia materna
- - y toser o estornudar cubriéndose la boca con el pliegue del codo,
- - aun es oportuno que se vacunen contra la gripe aquellas personas comprendidas en los grupos de riesgo.
No obstante las autoridades sanitarias recomendaron concurrir al médico si los niños presentan síntomas como fiebre, mocos o dificultad para respirar. Hicieron especial hincapié en ir al hospital si los bebés se encuentran decaídos y rechazan el alimento; respiran aceleradamente, con ronquidos o silbidos o se les hunde el pecho al respirar.
Accidentes domésticos:
Según datos del sistema sanitario provincial los siniestros más comunes en el interior del hogar se producen como consecuencia de:
- - caídas,
- - aplastamientos entre superficies o lesiones por máquinas
- - contacto con calor o la exposición a fuego o humo
- - los traumas restantes, en tanto, están relacionados con el tránsito.
Las partes del cuerpo que los chicos más se accidentan son los brazos y las piernas, los más vulnerables son los niños menores de 5 años, quienes son protagonistas de lesiones en un 41,7% de los casos.
Dentro del hogar, la cocina es uno de los lugares más peligrosos, debido a la presencia del horno, hornallas y perillas. Los patios son el segundo sitio donde suelen ocurrir los traumas por la presencia de animales, piletas, plantas y árboles. Le siguen el baño, donde los peligros son el ahogamiento por inmersión e intoxicaciones por medicamentos y el dormitorio, lugar frecuente de traumatismos graves por caídas de camas o cuchetas.
Promover hábitos saludables
Además, las vacaciones necesariamente cambian la rutina familiar y las modificaciones en los horarios pueden agravar malos hábitos alimentarios, como la omisión del desayuno, el saltearse comidas e ingerir alimentos “chatarras” con mayor frecuencia. Además, al no tener que ir al colegio los chicos suelen acostarse más tarde y en esas horas adicionales tienden a comer y beber productos ricos en grasas y azúcares.
Pero por otro lado, las vacaciones también pueden convertirse en una oportunidad para poner en práctica hábitos más saludables. ¿Cómo? Aprovechando el tiempo extra para introducir algunos cambios que, aunque pequeños, pueden tener gran impacto en la salud de los más chicos.
Es recomendable pensar en familia opciones alimentarias para ese momento del día con frutas, licuados, yogures, mezclas de cereales, frutas secas, mermeladas e infusiones con leche.
Además, se recomienda que los chicos realicen varias actividades sociales o recreativas propias de las vacaciones, donde es fundamental que se respeten las cuatro comidas diarias, con énfasis en el desayuno y el almuerzo.