Todo aquel que tuvo padres con profesión y trabajo (#noseolvidendelos90) atravesó una etapa en la niñez que creyó que esa profesión y trabajo eran para él. Porque lo primero que se ama es lo que se conoce.
"Vengo de familia de artistas" (de músicos, de abogados, de médicos) suelen decir los adultos que siguieron los pasos de sus padres; no dicen: "crecí rodeado de esto y no busqué otra cosa, no conozco otra cosa, no quiero conocer otra cosa, esto funcionó para mis afectos próximos debe entonces funcionar para mí".
Esto le pasó a Joe Hill (Joseph Hillstrom King, nacido en 1972) segundo hijo de los escritores Stephen King y Tabitha King. Joe no sólo eligió seguir los pasos de sus padres en la escritura sino que decidió seguir los pasos de su padre en el género terror, transformándose en una especie de niño obediente por siempre.
El mito de King padre indica que escribió sus mejores obras en sus épocas de pobreza o alcoholismo o sufrimiento; quizás Stephen King debería haber hecho sufrir un poco más a King junior.
Joe Hill es el autor de la novela "Horns" ("Cuernos", que quizás en castellano remite más directamente a una infidelidad que a un demonio), libro en el que se basó la película protagonizada por Daniel Radcliffe, quien aún lucha (y siempre lo hará) por dejar de ser Harry Potter.
Daniel personifica a Ig, un chico tranquilo de pueblo cuya vida se ve alterada cuando Merri, su highschool sweetheart, lo abandona después de años de noviazgo.
Cuando Merrin aparezca violada y muerta todas las sospechas apuntarán a Ig; luego de intentar defenderse sin éxito Ig se despierta una mañana con dos largos cuernos emergiendo de su frente. Ig descubrirá que los cuernos no vienen solos, las personas buenas no los ven, pero revelan sus más oscuros secretos en su presencia.
Así, envalentonado por sus nuevos poderes, Harry Potter se dedica a investigar quien fue el real asesino de su novia.
Quizás Harry esté buscando despegarse de la imagen que todos tenemos de él y elige hacerlo a través de personajes que tienen un lado oscuro y siniestro (a diferencia de Miley Cirus -y las niñas actrices/estrellas en general- quien cristaliza ese paso hacia la adultez a través de la hipersexualización y el reviente; mecanismo que parece no funcionar para los varones).
"Horns" no es una historia de horror, ni una comedia, ni una de "quien es el asesino"; hay un talento en la cruza de géneros y en el timing que están ausentes en la peli de Alexandre Aja (director de "Pirañas 3d") también hijo de un director de cine y una mamá crítica de cine.
No pido que haya una ley que impida a los hijos seguir el camino de los padres, pero pido que haya en los padres menos ganas de proyectarse en "sus" hijos.