El parate en todos los deportes empieza a mostrar la grieta que existe entre aquellos deportistas de elite y los que vienen más abajo. Por caso, en los circuitos de tenis, la pandemia del Covid-19 dejó al descubierto la desigualdad que existe. Sin torneos, los mejores de los rankings de la ATP y la WTA se entrenan en sus casas y se suman a campañas solidarias con donaciones millonarias, porque tienen la tranquilidad económica que les dan sus esponsores. La realidad es diferente en la gran mayoría de los jugadores, que viven en el día a día y dependen de los premios ganados para subsistir. Sumado a ellos, hoy los organizadores informaran si portergan o cancelan Wimbledon.
Teniendo en cuenta esta situación asimétrica, la georgiana Sofia Shapatava puso en marcha una movida particular. La número 371 de la WTA publicó una petición on line en la que llama a la Federación Internacional de Teni (IFT) a brindarle un apoyo económico a los tenistas que lo necesiten durante los meses de suspensión. Su cruzada ya tuvo el apoyo de más de mil personas, que le pusieron su firma a la solicitud.
"Los tenistas profesionales del mundo dejaron de competir. Mientras los top tienen recursos para mantenerse durante algunos meses, los de menor ranking sufren. No muchos serán capaces de mantenerse en su vida diaria y luego volver a jugar después de tres meses sin competencia. La organización a cargo del tenis debería ayudar", escribió la georgiana de 31 años en el sitio web change.org.
Shapatava explicó que así como muchas compañías otorgaron a sus empleados licencias pagas para que se queden en sus casas y ayuden a combatir la pandemia, también la ITF (no hace mención a la ATP ni a la WTA) debería destinar fondos a sus jugadores. "Los tenistas somos empleados de las organizaciones que rigen el tenis. Creo que deberíamos tener algún tipo de apoyo, ya que pagamos impuestos, licencias y trabajamos para ellos. La suspensión total de los circuitos fue algo inesperado y la mayoría de los jugadores fueron afectados por el parate", aseguró.
Novak Djokovic consideró valioso hacer su aporte para combatir la enfermedad y donó un millón de euros para la fabricación de respiradores en Serbia. Roger Federer donó un millón de francos suizos (equivalente a 943 mil euros) a las familias más vulnerables de su país. Y Rafael Nadal encabeza una campaña para juntar fondos junto con su amigo basquetbolista y también español, Pau Gasol.
Del otro lado del ranking y de los ingresos en el tenis, en una nota con la agencia PA, la jugadora se explayó sobre su preocupación: "Los jugadores de ranking bajos no tenemos ahorros. Generalmente ganamos dinero extra como entrenadores o en torneos que jugamos por plata. Pero en esta situación, con los países cerrados no hay manera de conseguir ingresos suplementarios. Alguien tiene que hacerse responsable. Sentimos que nadie nos está cuidando", Y agregó: "Estoy muy preocupada. Conozco muchos jugadores que no saben cómo se van a sostener por más de una o dos semanas. Además, muchos terminarán por renunciar a sus carreras. Después de gastar sus últimos ahorros para sobrevivir, no podrán volver a viajar y competir cuando se reanude todo. Entiendo que hay un problema mayor más importante, pero eso no significa que los otros problemas desaparezcan".
El ucraniano Sergei Stakhovsky, 169° del ranking de la ATP, también llamó la atención sobre este problema en un video publicado en las redes sociales de la cadena beIN Sports. "Esta es una situación dura para el circuito y especialmente los jugadores. Todos sabemos que la mayoría de los tenistas viven semana a semana o mes a mes en términos de ingresos y gastos ", reflexionó el jugador de 34 años.
También en el fútbol
FIFA anunció la donación de 10 millones de euros para la Organización Mundial de la Salud, en tanto Lionel Messi donó un millón a dos hospitales. Por un lado 500.000 euros al Clínic de Barcelona y el medio millón restante a otro centro hospitalario de Rosario. El objetivo, la compra de material de protección, así como respiradores. La misma cifra y para el mismo fin aportó Pep Guardiola al Colegio de Médicos de Barcelona. El capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, no fue menos, aunque hizo una donación con su mujer -Pilar Rubio- y a través de UNICEF. El sevillano contribuyó para financiar la compra de 264.571 mascarillas, mil equipos de protección (los llamados EPI), y 15.000 kits de detección de la enfermedad.
Fuera de España, Cristiano Ronaldo financió 35 plazas de Unidades de Cuidados Intensivos de hospitales de Lisboa y Porto equipadas con lo necesario para atender a los afectados más graves por el Covid-19. Su compatriota José Mourinho está colaborando con un centro de mayores de Londres, mientras el sueco Zlatan Ibrahimovic, que jugó gran parte de su carrera en el norte de Italia, una de las zonas más afectadas, recaudó fondos para la región de la Lombardía y el Piamonte.
A nivel de clubes, el Liverpool donó 1,3 millones de euros a bancos de alimentos, y en España, el jeque propietario del Almería destinó 700.000 euros para equipamiento sanitario a través de la fundación del club y del alcalde de la ciudad andaluza.
En Estados Unidos, el baloncesto ejerce el mismo liderazgo que el fútbol en Europa. Tras la suspensión de la temporada de la NBA, algunas franquicias com Golden State Warriors o Dallas Mavericks decidieron sufragar los sueldos de todo el personal, y una de las mayores estrellas de la liga, Stephen Curry, puso en marcha una colecta para dar de comer a 18.000 niños en Oakland. Y no es todo. El nueve veces campeón del mundo de motociclismo, el italiano Valentino Rossi, costeó 20 equipos con respiradores para atender a los pacientes más graves de un hospital de una de las zonas más afectadas del país. Una ola solidaria que va más allá de las caras más conocidas.
Se cancela Wimbledon
El tercer Grand Slam de la temporada, podría quedar definitivamente cancelado a raíz de la pandemia de coronavirus, que en Gran Bretaña ya produjo cerca de 1.800 muertes y 25 mil personas contagiadas, entre ellos la reina Isabel y el premier Boris Johnson. El certamen debía ponerse en marcha el 29 de junio en el césped del All England Club de Londres y se espera que este miércoles los organizadores anuncien la postergación o directamente la cancelación, algo que no sucede desde 1945, en pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.
A diferencia de los otros tres Grand Slam (Australia y el US Open, sobre superficie dura, y Roland Garros en polvo de ladrillo), Wimbledon se juega sobre una superficie orgánica y el césped requiere de una minuciosa preparación que demanda en promedio hasta unos seis meses, además de lo que significa mantenerlo.