Llevan movilizados desde principios de setiembre, y son las hormigas obreras del secesionismo. Con una organización reticular, los “Comités de Defensa del Referéndum” (CDR) tienen todo listo para tomar las calles en los próximos días y luchar por la República Catalana.
Según cuentan varios participantes, surgieron con un objetivo muy claro: garantizar la celebración del referendo de autodeterminación del 1 de octubre, a pesar de la prohibición de la justicia española, por inconstitucional, y las órdenes dadas a la policía para que impidiera la votación.
Actualmente los comités están extendidos por toda Cataluña, y para llegar a la independencia están dispuestos a presionar tanto al gobierno español de Mariano Rajoy como al ejecutivo separatista catalán de Carles Puigdemont.
“Hay un referendo legítimo, con un resultado que hay que defender”, asegura Gerard Muñoz, participante de uno de estos comités.
“Nosotros vamos a tope. Y creemos que esto puede darle miedo incluso al gobierno catalán”, abunda Julia Coll, participante del comité creado en el céntrico distrito barcelonés de Dreta de l'Eixample.
La presión es cada vez mayor sobre Puigdemont, que el lunes debe responder al gobierno de Rajoy si declaró o no la independencia en una sesión celebrada el pasado martes en el Parlamento catalán.
Si contesta afirmativamente, Rajoy podría responder con el artículo 155 de la Constitución, que le permitiría intervenir las amplias competencias del gobierno catalán.
Y si responde que no, afrontará previsiblemente la respuesta airada de los independentistas, dispuestos a tomar las calles la semana entrante.
La CUP, un partido anticapitalista cuyo apoyo parlamentario es fundamental para la coalición de Puigdemont, ha anunciado ya que trabajará de cara a esas movilizaciones.
También ha avisado de posibles movilizaciones, a nivel estudiantil, la Plataforma de Universidades por la República.