La situación de Ricardo Russo, pediatra del hospital Garrahan detenido ayer por presunta tenencia, distribución y producción de pornografía infantil, llevó a los mendocinos a evocar casos similares que ocurrieron en la provincia tiempo atrás.
El más reciente fue el del anestesista del hospital Notti, Jorge Maddio quien está imputado actualmente en 41 hechos calificados como "producción de pornografía infantil en concurso real con abuso sexual gravemente ultrajante" con una causa que está pronta a elevarse a jucio.
La primera acusación del médica fue realizada en noviembre de 2017 por los empleados de la Clínica Francesa, donde también trabajaba el profesional, por sacarles fotos y filmar a niños desnudos con su celular mientras los manoseaba.
En un primer momento, la denuncia surgió desde el ámbito privado y después la Justicia indagó en el hospital público. Inmediatamente la autoridades se pusieron en contacto con el Ministerio de Salud, suspendieron al médico y le dieron toda la información que tenían a la Justicia. Maddio fue detenido a fines de marzo del 2018 una vez que los investigadores obtuvieron material fílmico que lo involucraba.
Según se supo en ese entonces, en las memorias que se le secuestraron al médico encontraron unos 7 mil videos pedófilos que el imputado coleccionaba, entre ellos dos habían sido registrados mientras trabajaba como anestesiólogo en el Notti.
Médico condenado a 6 años
Más antiguo es el caso del ginecólogo del hospital Central Claudio César Flores Muñoz quien a mediados de 2017 fue condenado a 6 años luego de haber sido investigado por distribución de pornografía y abuso de menores.
El galeno fue detenido el 28 de mayo de 2015 en su casa del barrio Aeronáutico de Las Heras. Allí la Policía y personal de Delitos Tecnológicos de Mendoza confiscaron notebooks, celulares y computadoras en las que se detectaron imágenes pornográficas infantiles.
La investigación comenzó a principios de mayo, cuando llegó un informe a la oficina del fiscal especial Santiago Garay que daba cuenta de que desde una computadora instalada en una casa de ese barrio de Las Heras se distribuía pornografía infantil.
Tras revisar esos archivos se descubrió que habían fotos del médico abusando de un niño de tres años. Tiempo más tarde se supo que ese pequeño es del entorno familiar del ginecólogo. A esto se sumaron nuevas pericias realizadas a esos archivos que determinaron que otro menor también había sido víctima del médico.