“Lo que no debemos dejar de lado es el aspecto afectivo, que es donde se debe poner el mayor énfasis; coordinar el trabajo de los padres y docentes”, señala -con aire relajado- Mónica Killian. La profesora del Andino Tenis Club lleva a la práctica un bagaje de más de tres décadas de experiencia.
“Los docentes brindarán al niño un clima de alegría, amistad, armonía, respeto y los pequeños tenistas disfrutarán de la actividad que se desarrollará en distintas formas de juego, como los trabajos en grupos”, explicó Killian en un artículo publicado -en un sitio especializado- en 2004, bajo el título: ¿Qué hacemos con nuestros niños en la iniciación deportiva?
Estos conceptos -hoy por hoy- son la piedra angular en la que se sienta la enseñanza del deporte en la escuela de jugadores de la entidad de calle Boulogne Sur Mer. Killian subraya que “lo más importante es ayudar a formar personas. Integrar una gran familia, ayudar a construir amistades -en un deporte tan individual como es el tenis-. que perduren en el tiempo”.
Ella cuenta anécdotas coloridas, simpáticas (como cuando sus alumnos disfrutaron, en la cancha, de un entrenamiento del equipo de Copa Davis), que sirven de ejemplo para una propuesta que trasciende los límites que impone el deporte. “Recuerdos imborrables, compartidos con el valor de la amistad”.
El fortalecimiento de la actividad, en uno de los clubes más tradicionales de nuestra provincia, tiene reglas claras y un secreto a voces: “la diversión por medio del tenis”. Así lo entiende Ricardo Arancibia, director de esta particular ‘escuela de campeones’; que tiene como colaboradores a Leonardo Kariz, Nicolás Parra y Cinthya Attanasio.
“Entrenamos todos los días. Tenemos chicos a partir de los cinco años y ellos se dividen en grupos de mini-tenis, iniciados, intermedios, pre competencia y competencia. Los chicos han participado en torneos nacionales como en los Torneos de Grado, que reúnen a los mejores del país en sus distintas categorías. Nuestro objetivo es ayudarlos a crecer deportivamente, pero sin descuidar la formación humana”, puntualizó Arancibia.
Por último, Cinthya Attanasio agregó: “Nuestra gran satisfacción como profesores es verlos crecer, jugar, divertirse, adquirir nuevas destrezas deportivas y también herramientas para ser hombres de bien. Pero por sobre todo ver que disfrutan de lo que hacen”.