Los británicos definirán mañana, en un plebiscito que las encuestas anticipan como muy ajustado, el futuro del Reino Unido en la Unión Europea, luego de una histórica y agresiva campaña marcada por el asesinato de la diputada laborista Jo Cox a manos de un fanático nacionalista británico.
Cuando apareció en la corte el sábado tras su detención el autor del crimen, Thomas Mair, se identificó diciendo: "muerte a los traidores, libertad para Gran Bretaña", posiciones asociadas a la extrema derecha.
Mañana se sabrá hasta qué punto el magnicidio influirá en el resultado. Ante todo, modificó la actitud de los líderes laboristas, en particular de su máximo dirigente, Jeremy Corbyn, un euroscéptico que considera que la UE está dominada por el neoliberalismo.
Tras el asesinato, sin embargo, volcó todo su peso a la campaña contra el Brexit, junto a Ed Milliband, otro dirigente laborista e incluso -cosa que hasta entonces no había hecho- con el primer ministro conservador David Cameron.
Los electores decidirán en este referéndum si el Reino Unido permanece en la Unión Europea o se retira.
Distintas posturas sobre le permanencia de Reino Unido en la Unión Europea
La eventual salida del bloque genera controversias desde que el país se integró en la Comunidad Económica Europea en 1973 y ha generado debates recurrentes desde entonces.
Los partidarios de la salida de la UE ("Brexit") aseguran que ser un Estado miembro mina la soberanía del parlamento, por lo que si el Reino Unido abandona la Comunidad Europea habría un mayor control de la inmigración, una mejor posición británica para negociar acuerdos comerciales y una liberación de la regulación y burocracia comunitaria.
En tanto, aquellos que apuestan por seguir siendo miembros de la UE alertan sobre los riesgos para la economía británica en caso de una hipotética salida de la Comunidad Económica, que, además, insisten en calificar de "irreversible".
Afirman que aumentaría las barreras comerciales entre el Reino Unido y los otros estados miembros, y haría disminuir la influencia internacional británica.
El impacto que provocaría en la economía la salida del Reino Unido fue advertido por organismos internacionales, bancos centrales y analistas de todo el mundo.
El ministro de finanzas británico, George Osborne, dijo que si ganara el Brexit sería necesario un ajuste de 30.000 millones de libras. Esta factura recaería en los servicios públicos, agrega, y calcula que sería la consecuencia de "despertarnos sin un plan de viabilidad económica, con una profunda inestabilidad financiera, y años de incertidumbre".
El impacto económico no recaería solo en Gran Bretaña. La directora-gerente del FMI, Christine Lagarde, pronosticó un derrumbe de la libra esterlina, la cual ya se ha depreciado un 9% desde noviembre por el miedo al referéndum; además, dice, caerían el nivel de empleo y la inversión.
A lo largo de la campaña, la inmigración se ha convertido en el tema central en el referéndum, cuyo punto culminante llegó anoche en el último debate organizado por la BBC, en el estadio Wembley Arena.
Allí, el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, acusó a su antecesor, el conservador Boris Johnson, de convertir el Brexit en un "Proyecto del odio" y de asustar a la gente con advertencias de que Turquía, un país de mayoría musulmana, podría entrar a la UE.
La campaña utilizó también imágenes xenófobas, en una estrategia de sembrar terror y miedo en la gente para inducir el voto a favor de salir de la Unión Europea.
Uno de los afiches de la campaña que lideró Nigel Farage, jefe del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), mostraba una imagen de una fila de refugiados "no-blancos" con la leyenda "Punto de quiebre: la Unión Europea nos falló. Tenemos que liberarnos de la UE y tomar otra vez el control".
El afiche fue denunciado porque incitaba el odio racial y violaba las leyes raciales del Reino Unido. Al mismo tiempo, el asesinato de la parlamentaria británica Jo Cox, que fue trabajadora de Oxfam durante casi una década, conmocionó al mundo y puso sobre la mesa una reflexión sobre si la agresividad de los políticos indujo al país a la polarización y la radicalización.
La campaña por el referéndum ha sido una campaña impredecible, la opción de salir del Reino Unido había estado detrás de la de permanecer durante meses y tomó brevemente una ventaja en las encuestas la semana pasada, antes de la trágica muerte de la parlamentaria laborista
. A principios de la semana pasada, los resultados de tres encuestas casi simultáneas publicadas por las consultoras Survation, Ipsos MORI, y BMG, mostraban que la opción "leave" (salir) aventajaba a la de "remain" (permanecer).
Se cree que el asesinato de Cox, que impactó muy fuerte en el público británico, y el afiche del UKIP influyeron en la decisión del voto. Según los analistas británicos, nadie sabe lo que va a ocurrir, las encuestas siguen pronosticando un resultado muy ajustado. También sigue habiendo un elevado porcentaje de indecisos.
El promedio de varias encuestas realizadas desde la semana pasada da un 45% a los partidarios de seguir en la UE y un 44% a los defensores de la salida del Brexit, así como un 10 por ciento de indecisos.
Otro método, no tan científico, pero que ha demostrado en el pasado una impresionante eficacia, son las apuestas deportivas, que también manejan estadísticas.
Los datos que maneja Ladbrokers -uno de los pesos pesados de las apuestas deportivas en el Reino Unido- indican que el 74% de los apostadores da por ganadora la opción "remain", contra el 24% que pone su dinero a favor de la opción "leave".